EL pasado sábado día 16 de abril publicaba, en La Vanguardia de Catalunya, el profesor Manuel Castells un interesante artículo bajo el título La utopía independentista, en el que concluía que "la raíz está en las mentes y en muchas mentes ya habita la utopía independentista". Me parece una reflexión muy atinada y plenamente aplicable al caso vasco.

Es sin duda una aportación autorizada, pero no es ni mucho menos la única que al respecto se está realizando en un mundo movido como nunca antes por la realización de las utopías. Levantemos pues la mirada, observemos qué es lo que está ocurriendo a nuestro alrededor, para así tener perspectiva y recuperar la ilusión para desarrollar proyectos políticos y socio-económicos basados en el respeto a los Derechos Humanos y la aplicación del Principio Democrático, con el objetivo de lograr Desarrollo Humano Sostenible. Por cierto, los únicos que merecen la pena en el siglo XXI.

Así, el pasado mes de enero de 2011 se presentaron en el Parlamento Europeo, por parte del profesor Jaume López, las conclusiones de un estudio (New Statehoods and processes of sovereignty) por él dirigido en relación con los procesos democráticos de soberanía en Europa y en América, del que por cierto poco se ha comentado al respecto. Y uno se pregunta: ¿por qué será?

En todo caso, las conclusiones del estudio resultan de enorme interés. La primera es que la clave en los procesos de reciente creación de nuevos estados (Bosnia, Eslovakia, Eslovenia, Estonia, Kosovo, Latvia, Lituania, Macedonia, Montenegro y Ukrania), ha sido la democracia más que la nación. De hecho, en muchos de estos casos la reclamación inicial no era la independencia, fue la reacción de los "estados matriz" contraria a las reclamaciones democráticas -en algunos casos muy moderadas- lo que motivó el impulso secesionista (efecto conocido como failure to recognition en ciencia política). En definitiva: menos democracia, más independencia (binomio voice-exit de Albert Hirschman).

La segunda conclusión hace referencia a las reclamaciones democráticas de naciones que no somos estado (Catalunya, Escocia, Euskadi, Flandes, Groenlandia, Irlanda del Norte y Quebec). Y la conclusión a la que llega el estudio es que hay dos modelos según la diferente respuesta de los "estados-matriz": el modelo Canadiense-Danés-Belga-Británico, en el que hay una aceptación por parte de los estados de que la solución pasa por el respeto del derecho a decidir de estas naciones; y el completamente diferente de los demás, el modelo Español, que se caracteriza por negar cualquier soberanía que no sea estrictamente la que deriva de la "nación española" y sus instituciones en Madrid. Puede parecer curioso, pero esto que en la forma parece fortaleza, es sin duda una debilidad.

Al respecto de atajar el binomio voice-exit: menos democracia, más independencia, es interesante analizar un movimiento político realizado por los Estados Unidos y su presidente Barack Obama, recientemente en marzo de 2011, en relación con Puerto Rico y su futuro. A tener en cuenta además, que es la primera vez que la administración americana toma la iniciativa para trasladar a la isla que el futuro lo han de decidir los propios puertorriqueños y puertorriqueñas y que Estados Unidos -así se lo ha trasladado el propio Barack Obama a las instituciones de Puerto Rico- respetará las decisiones y realizará en las instituciones norteamericanas los cambios normativos precisos para llevarlo a cabo. Y de esto tampoco ni una sola palabra? es curioso, ¿o no?

La propuesta ha sido elaborada por un grupo de trabajo interministerial con la participación y el impulso de la Casa Blanca y recoge un compromiso institucional del Presidente Barack Obama para respetar y hacer respetar la decisión del Pueblo de Puerto Rico: "I am firmly committed to the principle that the question of political status is a matter of self-determination for the people of Puerto Rico". Esta propuesta, además de todo un conjunto de recomendaciones socio-económicas, recoge el deseo de que el pueblo de Puerto Rico manifieste su voluntad democrática para finales de 2012: "El Grupo de Trabajo recomienda que todas las partes pertinentes -el presidente, el Congreso y los líderes y pobladores de Puerto Rico- se esfuercen por asegurarse de que los puertorriqueños puedan expresar su voluntad sobre las opciones de estatus y que se cumpla su voluntad para finales del 2012".

Y formula una hipótesis de doble referéndum: uno primero para decidir si seguir perteneciendo a Estados Unidos -bajo la fórmula actual de estado libre asociado o convirtiéndose en un estado más de la Unión-; o iniciar un proceso de soberanía -bien convirtiéndose en un estado independiente ó bien bajo una formula de libre asociación con los Estados Unidos-.

Y un segundo referéndum para, en función de la opción ganadora en el primero -pertenencia o soberanía-, optar por cualquiera de las dos opciones previstas para cada caso: "Aunque el Grupo de Trabajo apoya cualquier método justo para determinar la voluntad del pueblo puertorriqueño, tiene cierta preferencia por un sistema de dos plebiscitos. Este sistema de dos plebiscitos permitiría que el pueblo puertorriqueño primero vote con respecto a si desea ser parte de Estados Unidos o desea ser independiente, y que luego escoja entre las opciones disponibles de estatus, según las limiten los resultados de la primera votación"

Sin duda estamos ante un ejercicio de democracia y también ante una iniciativa política inteligente que trata de aprender de lo que está ocurriendo en el mundo. ¿Alguien imagina una iniciativa similar por parte de un Presidente español en relación con el Pueblo Vasco? A lo mejor puede que no esté tan lejana? a no ser que pretendan convencernos a todos de que el único camino para que se nos respete por lo que somos y para construir un mundo mejor para vascos y vascas es la independencia.

Porque es un hecho en nuestros días que defender la identidad, la cultura, la lengua, el derecho a decidir de la sociedad vasca no sólo está relacionado con defender un proyecto legítimo de nación en un mundo globalizado. Defender nuestra identidad como pueblo es defender nuestra economía, nuestros empleos, nuestro bienestar? es más, es indispensable para alcanzar Desarrollo Humano Sostenible. En el camino soplan vientos a favor del derecho a decidir del Pueblo Vasco? al tiempo.

Colaboración

por juan josé ibarretxe markuartu (*)

Defender nuestra identidad como pueblo es indispensable para alcanzar un Desarrollo Humano Sostenible