vitoria. Dos encapuchados quemaron la madrugada del jueves al viernes la bandera española que se encontraba colgada en los juzgados de la localidad guipuzcoana de Bergara. Tras cortar la cuerda que sujetaba la bandera rojigualda, que pendía junto al resto de enseñas en la fachada del edificio, la rociaron con líquido inflamable y le prendieron fuego antes de abandonar huyendo la plaza de los juzgados en torno a las doce de la noche.

La primera reacción a este ataque con ecos de un pasado cercano sonó en boca del consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, quien vio en él "la constatación de que todavía hay mucha gente intolerante y fanática en Euskadi que no se resiste a no seguir manteniendo actividades como la quema de banderas o de cometer actos vandálicos, de kale borroka o terroristas".

"seguir trabajando" Consecuentemente, ante los micrófonos de Radio Nacional, Ares concluyó que este suceso es igualmente "la demostración de que tenemos que seguir trabajando para que todas esas actitudes desaparezcan y para conseguir lo que la inmensa mayoría de la sociedad vasca deseamos desde hace mucho tiempo, y también la sociedad española", apuntó, que es "acabar definitivamente con el terrorismo y asentar la paz y la libertad definitivamente en Euskadi".