vitoria. La veintena larga de cámaras que esperaban expectantes la llegada de Alfredo de Miguel al Parlamento Vasco denotaba el morbo que había levantado la cita que ayer tenía el exdiputado foral con la Comisión que investiga las presuntas irregularidades que se podrían desprender de su paso por el poder.
Como habían hecho sus predecesores ante este órgano, De Miguel rechazó responder a las preguntas de los parlamentarios alegando que el caso está aún pendiente de resolución judicial. Sin embargo, rompiendo con el silencio que habían mantenido otras personas imputadas, decidió ponerse ante los medios para explicar lo que había sucedido durante los treinta minutos que duró su defensa ante la Comisión, aunque lo hizo sin aceptar que se le hicieran después preguntas.
la sombra de la duda De Miguel reivindicó su derecho a ser considerado inocente hasta que se demuestre lo contrario y denunció la "indefensión" en que le deja la "evidente paradoja" que supone que las deliberaciones de la Comisión -sobre el papel, secretas- estén siendo "filtradas" continuamente a la prensa propiciando así un "juicio paralelo" del que responsabilizó tanto a determinados medios como a determinados partidos. Por eso, tras rebatir la "lógica" de las acusaciones vertidas en su contra por quienes le han acusado de exigir comisiones para adjudicar determinados contratos -que según defendió no eran sino solicitudes de cobro a Ainhoa Alberdi de una deuda contraída con Kataia por Urbanorma en 2006-, denunció la existencia de un uso partidista y político de esta Comisión para erosionar la imagen del PNV en este periodo preelectoral. Así, calificó de "falsa e interesada polémica" el denominado caso Zambrana y dio por comprobado que el "objetivo" de esta Comisión "era y es el PNV", no unos imputados que, así, serían sólo la "conexión" necesaria para proyectar la sombra de la sospecha sobre su partido. "Reitero que soy total y absolutamente inocente", concluyó.
Sobre estas investigaciones de "carácter político", se pronunciaba unas horas antes el presidente del ABB, Iñaki Gerenabarrena, para quien las responsabilidades políticas que se podrían derivar de esta presunta trama "están pagadas". Tan pagadas, que la plana mayor del grupo parlamentario jeltzale, con Joseba Egibar al frente, recibió a De Miguel entre sonrisas y abrazos y no le dejó solo en ningún momento; un "espectáculo" que obtuvo la crítica del socialista Óscar Rodríguez, que también defendió la higiene de esta Comisión y denunció que el PNV trate de "desprestigiarla".