Santiago de Chile. Los restos del presidente chileno Salvador Allende (1970-1973) serán exhumados en la segunda quincena de mayo, según una resolución dictada ayer por el juez Mario Carroza, encargado de investigar el fallecimiento del militante socialista y líder de la Unidad Popular, según informaron fuentes de la Justicia chilena.

La diligencia, que debe ser cumplida por el Servicio Médico Legal (SML), no implica una nueva autopsia al cadáver del mandatario socialista, sino que está destinada a tratar de determinar las causas de su muerte, indicaron las fuentes.

Salvador Allende murió el 11 de septiembre de 1973, durante el golpe militar que encabezó Augusto Pinochet para derrocar su gobierno socialista. Hasta el momento, la versión más aceptada, y corroborada por testigos, es que se quitó la vida en el Palacio de La Moneda, que ardió tras ser atacada por los militares golpistas por tierra y aire.

Su caso se encuentra entre 726 querellas por violaciones a los derechos humanos que la Fiscalía presentó el 26 de enero ante el juez Carroza, correspondientes a situaciones que nunca antes habían sido investigadas por la Justicia del país andino. El 12 de abril, la senadora Isabel Allende, una de las tres hijas del fallecido mandatario, solicitó al juez Carroza que ordenase una nueva exhumación de los restos de su padre y llevase a cabo peritajes para esclarecer las causas de su muerte.

"La familia Allende ha decidido solicitar la exhumación y autopsia de los restos del presidente Salvador Allende, para avanzar en la investigación que permita la certeza jurídica de las causas de su muerte", dijo el pasado martes la parlamentaria a los periodistas.

"Valoramos esta investigación y vamos a colaborar en todo lo que sea necesario, incluyendo la exhumación y autopsia de nuestro padre", añadió.

Ese día, Isabel y su hermana Carmen Paz proporcionaron además muestras de sangre para que sean cotejadas durante el nuevo examen necrológico.

El cadáver de Allende ha sido sometido anteriormente a dos peritajes tanatológicos: el primero en 1973, antes de que sus restos fueran llevados a la ciudad costera de Viña del Mar, a 125 kilómetros de Santiago; y el segundo en 1990, tras la recuperación de la democracia, cuando el cadáver fue exhumado para ser sepultado definitivamente en la capital.

La petición del 12 de abril supuso un cambio en la postura de la parlamentaria Isabel Allende, que hasta entonces había argumentado que esta diligencia era innecesaria, porque el cadáver del líder político chileno ya había sido sometido a dos autopsias.

La senadora reiteró que la familia tiene la convicción de que su padre se suicidó durante el bombardeo al palacio presidencial. Pero, también quiso precisar que cree que debe haber una investigación "que logre determinar, más allá de las versiones, la verdad histórica".

En su resolución de ayer, el juez Carroza dispone que el SML designe un equipo de peritos para llevar a cabo la exhumación en el Cementerio General de Santiago y concretar los peritajes necesarios.

Otras fuentes judiciales señalaron que en la diligencia también participarán expertos de distintos países.