DONOSTIA. La noticia de la puesta en libertad del militante de ETA Antonio Troitiño, el pasado miércoles, provocó un mar de airadas reacciones. Ayer, la Fiscalía de la Audiencia Nacional fue de las primeras en mover ficha, al presentar un recurso de súplica ante la Sala de Lo Penal pidiendo la revocación de la excarcelación y la aplicación de la Doctrina Parot. Lo que el Ministerio Público exige, por lo tanto, es que Troitiño vuelva a prisión y que su excarcelación se produzca en 2017, cuando el activista cumpliría 30 años encarcelado. El Pleno de la Sala confirmó que estudiará el recurso.

En el ámbito político, la noticia sembró la indignación en las filas populares. El presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, tachó la excarcelación de "vergüenza mayúscula", y reclamó al Gobierno español "buscar el camino que sea" para que Troitiño vuelva a estar entre rejas. "La derrota del terrorismo solo llegará en el momento en el que quede claro que los crímenes no quedan impunes", opinó Basagoiti.

Desde el Gobierno español, el ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, recordó que "las sentencias y la aplicación de las penas las hacen los tribunales, por lo que solo queda reiterar respeto a sus decisiones".

Las víctimas también se mostraron muy críticas. Santiago Busqué, guardia civil herido en uno de los atentados por los que fue condenado Troitiño, preguntó a la Fiscalía por qué no actuó antes para evitar la excarcelación.

El activista, sobre el que pesaban condenas que sumaban más de 2.000 años, abandonó la cárcel tras cumplir 24 años de encierro. Troitiño se ha valido de la doctrina del doble cómputo penal, establecida por el Constitucional en 2008.