alcalá de henares. El jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, acusó ayer al PP de querer borrar del mapa al PSOE porque "no confía para nada en sus fuerzas", ni en su proyecto, y dijo que, por eso, el partido de Mariano Rajoy prefirió que el Gobierno cayera en vez de ayudar contra la crisis.

Zapatero participó en Alcalá de Henares (Madrid) en un mitin de precampaña junto al candidato del PSOE a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Tomás Gómez, y el cabeza de lista municipal, Javier Rodríguez, ante unas 5.000 personas, según la organización.

Al final de su intervención, agradeció el apoyo y el afecto que recibe y prometió estar al servicio de los ciudadanos, porque lo único que le mueve -aseguró- "es que a España las cosas le vayan bien, y al PSOE aún mejor".

Tanto espera que le vaya bien al PSOE que ha echado mano de una cita de un alcalaíno ilustre, Manuel Azaña, quien dijo que "España es un país de sorpresas y de reacciones inesperadas, para dirigirse a Gómez y decirle: "Tomás, esa es mi propuesta para el 22 de mayo (...) En Madrid lo mejor está por venir y lo vas a hacer tú".

La polémica que mantuvieron ambos este verano a cuenta de las primarias socialistas estuvo presente, y fue cuando Zapatero elogió "la sinceridad" con la que Gómez se dirige a todo el mundo.

En clave electoral, alertó contra la desmotivación que quieren fomentar los que "están todo el día con las encuestas" y pidió "calma y paciencia; y talante".

También se refirió a la crisis y descartó que España tenga que pedir ayuda exterior para financiarse contagiada por Portugal, pese a que hace unos meses había muchos agoreros que "aspiraban a eso". "Se equivocaron", zanjó el presidente, en cuya opinión España está caminando hacia la recuperación gracias al esfuerzo de la sociedad española, al acuerdo con empresarios y sindicatos y a "las reformas y la determinación" del Gobierno.

Frente a los dirigentes del PP que "presumen y critican, cuando no insultan", contrapuso el comportamiento del PSOE y del Gobierno, que no presumen, casi no critican ("Les criticamos poco para lo que se merecen", bromeó) y no insultan, porque están dedicados a "explicar," y a "escuchar".