Vitoria. Euskadi mira a Madrid para sopesar en qué medida el debate abierto en torno a la sucesión de José Luis Rodríguez Zapatero le afectará. Así lo hicieron ayer los dos líderes de PNV y PSE con discursos muy diferentes pero en los que no se pierde de vista la remodelación de la cúpula de Ferraz.
La decisión no pilló por sorpresa al presidente del EBB, Iñigo Urkullu, quien hace exactamente una semana cenó con Zapatero y conoció de primera mano las intenciones del dirigente socialista. El líder del PNV aprovechó ese encuentro para demandar a su interlocutor una marcha más acelerada en el cumplimiento de los compromisos adoptados por ambos partidos a finales del pasado año y que, entre otros aspectos, permitió a Zapatero salvar los Presupuestos Generales del Estado y evitar un adelanto electoral que se antojaba difícil de lidiar para el PSOE.
Urkullu volvió ayer a hablar sobre Zapatero pero esta vez para advertirle de que el debate sobre quién será su sustituto al frente del partido no puede bajar un ápice la guardia frente a asuntos de vital transcendencia como la salida de la crisis o afianzar la paz en Euskadi.
Durante la presentación, en Bilbao, de los candidatos del PNV a las alcaldías de Bilbao, San Sebastián y Vitoria, Urkullu recordó que en el encuentro que mantuvo hace una semana con el mandatario español le recordó que "quedan muchos meses" desde ahora "hasta el final de su legislatura" y "hay mucho por hacer". "Desde el respeto a sus decisiones y a las de su partido, el PNV defiende que no se puede perder ni un minuto en debates partidistas que les corresponde resolver a ellos", añadió.
En este sentido, el líder jeltzale insistió en que "la crisis económica, la paz y la normalización política" son "retos" que "tenemos por delante, que no esperan a debates internos de partidos".
Urkullu sostuvo que defendió igualmente ante Zapatero, así como ante la izquierda abertzale y el PP -se reunió también recientemente con Mariano Rajoy- que la "llamada izquierda abertzale tradicional participe en las elecciones de mayo. Insistió en que esta corriente política "va a estar" en los próximos comicios, de una u otra forma, y recomendó "quitarse la venda de los ojos" a quien no quiera ver que eso se va a producir.
El dirigente jeltzale destacó que el PNV "hace lo que puede" por defender la participación de la izquierda abertzale tradicional en las urnas con papeletas propias, para que "sea el pueblo el que decida", aunque ha resaltado que no está dispuesto a continuar en el "torbellino permanente" que pretende ese sector político para que le hagan la "campaña gratis".
"orgullo" socialista También en Bizkaia, el lehendakari aprovechó un acto político en Galdakao para elogiar el trabajo desarrollado por Zapatero a lo largo de estas dos legislaturas y, de paso, descartar que la decisión de no concurrir de nuevo a las urnas de su jefe de filas no implicará un adelanto de las elecciones generales. Según Patxi López, los militantes socialistas se sienten "orgullosos" de "lo mucho" que Zapatero "ha hecho por este país", que a su juicio ha "avanzado como nunca por la senda de la igualdad, de los derechos ciudadanos y de las políticas sociales".
El inquilino de Ajuria Enea destacó que mientras Zapatero fue elegido candidato a la presidencia mediante un proceso "democrático" de elecciones primarias dentro del PSOE, el candidato del PP, Mariano Rajoy, fue nombrado "a dedo" por el anterior presidente del Gobierno español, José María Aznar, en una designación marcada por el "autoritarismo".