vitoria. Como viene siendo habitual, las aguas que bajaban revueltas por la Carrera de San Jerónimo, sede del Congreso, desembocaron en Euskadi embarrando los márgenes del debate político vasco. Y mientras los portavoces vascos de PP y PSE se defendían del chaparrón que enfrentaba a sus portavoces en Madrid, el PNV alzó la voz para marcar otras líneas rojas al Gabinete Zapatero; las que delimitan los márgenes que deberá respetar el Ejecutivo en "cualquier proceso de diálogo, e incluso de negociación" que pueda poner en marcha para buscar el fin de ETA.
Sabedor de que "la política antiterrorista va a estar presente en la disputa" electoral, casi tanto como de que es posible que la actual "esperanza" impulse la puesta en marcha de un nuevo proceso de diálogo entre ETA y el Gobierno, Iñigo Urkullu subrayó que "lo importante es que aquellos aspectos que sean sólo políticos" sean tratados sólo por los partidos. De lo contrario, si llegara a saber que estas conversaciones superan los límites del ámbito técnico -presos, armas,...-, el PNV lo denunciará, advirtió el presidente jeltzale.
socios, pero adversarios Por su parte, los dirigentes de PP y PSE defendían el discurso hecho en Madrid por sus compañeros de filas tratando eso sí de no buscarse demasiado las cosquillas en Euskadi.
El presidente del PSE, Jesús Eguiguren, reconoció en la Ser que mantuvo contactos tras la T.4, pero matizó que no fueron negociaciones y aclaró que, si se produjo un chivatazo, fue para proteger a un infiltrado.
Desde el PSE alavés, Txarli Prieto se declaró "muy orgulloso" del papel jugado por Eguiguren y el equipo de negociadores, y denunció la "actitud rastrera" del PP en este campo. "La última oportunidad fue aquélla"; luego se hizo un camino que "ha llevado al escenario de paz en el que se puede decir que estamos", cerca del final de ETA, defendió.
Odón Elorza arrimó el hombro desde Donostia para denunciar las "barbaridades" que los nervios le hacen decir al PP, pero también para reivindicar su condición de verso suelto: "Queremos implicarnos en lo que pueda ser de verdad con garantías un proceso de paz". Y la respuesta no tardó en llegar, si bien el PP vasco evitó convertirla en un nuevo palo en la rueda de su pacto con el PSE. Leopoldo Barreda contestó a Elorza que barbaridades son las que cometió Zapatero "durante la negociación con ETA", mientras su compañera Arantza Quiroga advirtió de los riesgos que pueden tener que afrontar si caen en la tentación de buscar estos "atajos".