La mochila que acompaña frecuentemente al presidente del PNV alavés se ha cargado en el último año de sinsabores que no parecen hacer mella en la voluntad de Iñaki Gerenabarrena para seguir liderando a los jeltzales de este territorio.
Los presuntos casos de corrupción y espionaje son, sin duda, una abrupta lanzadera para optar a la reelección que se someterá a la voluntad de las bases a principios del próximo ejercicio, pero no son las únicas piedras del camino. La propia forma de gestionar el partido y el acceso de Gerenabarrena a la vicepresidencia de Caja Vital no están bien vistas por cada vez más amplios sectores de la afiliación, que aguardan el próximo proceso de elección interno con la intención de promover la renovación del Araba Buru Batzar.
Los movimientos de este sector son una realidad en las propias bases, comenzando desde abajo. La dirección de tres de las cuatro juntas municipales de Gasteiz -el primer escalafón de la centenaria organización jeltzale, que si bien no cuentan con poder ejecutivo en el aparato sí tienen un significativo valor simbólico por ser los órganos más próximos a las bases- acaban de dar un vuelco, lo que ha supuesto un revés para el control del ABB.
En estos órganos, que en la capital alavesa están divididos en cuatro batzokis -Erdialdea, Lakua, Avendaño y Zaramaga-, los progresivos cambios han llevado a modificar las presidencias de las juntas locales, que ahora pasan a ostentar militantes alejados de la férrea fidelidad a su líder territorial que sí evidencian otros compañeros de partido.
Reflejo de esta división, situada al margen de las históricas dos almas que se atribuyen al PNV y que tiene más que ver con aires de renovación en Araba, la última elección del candidato a la Alcaldía de Gasteiz deambuló por unos derroteros desconocidos hasta la fecha en el seno de la familia jeltzale. La propuesta del ABB, que históricamente ha gozado del aval suficiente para concluir en la plancha definitiva, se topó esta vez con un adversario encarnado en la figura de la entonces portavoz del grupo nacionalista en el Ayuntamiento, Malentxo Arruabarrena.
Tras un intenso proceso que muchos afiliados interpretaron como el apoyo a la apuesta de Gerenabarrena o la oposición a la misma, el candidato del aparato, Ramiro González, y la alternativa de Arruabarrena optaron por apartarse para no dañar al partido y dejar vía libre a un candidato que sí gozara del consenso mayoritario entre las asambleas municipales. Lo encontraron en Gorka Urtaran y desde entonces el cierre de filas ha sido notorio.
Muy diferente ha sido la elección de los representantes jeltzales que optarán a ocupar las Juntas Generales de Álava y reeditar el control de la Diputación. La afiliación no quiere entorpecer el camino de la reelección de Xabier Agirre y el actual diputado general es una apuesta unánime en la familia jeltzale. Sobre este pilar, resta por conocer la identidad de los 38 dirigentes restantes que le acompañarán en la plancha foral.
Celebradas las dos primeras vueltas en las asambleas gasteiztarras, los nombres de Ramiro González y Malentxo Arruabarrena son, precisamente, los únicos que han conciliado la mayoría absoluta necesaria para asegurarse su incorporación a la candidatura jeltzale en el territorio. Ambos forman parte de la lista propuesta por la Ejecutiva del partido, una plancha en la que repiten todos los diputados y junteros que representan actualmente al PNV en el Palacio de la Provincia y en las Juntas Generales.
No obstante, las aguas bajan calmadas en la sede de la calle Abendaño. Conocida la experiencia que se vivió antes del verano, el ABB tiene previsto celebrar una reunión con representantes de cada uno de los batzokis gasteiztarras antes del jueves, fecha en la que se reunirá la Asamblea Regional, para evitar nuevas sorpresas y asegurar el consenso en el encuentro definitivo con la militancia.
Según fuentes conocedoras del proceso, las previsiones apuntan a que la plancha definitiva será prácticamente la misma que avala la Ejecutiva del partido, con tan sólo dos o tres variaciones en los nombres que pugnarán por reeditar el control del ente foral alavés. La confección de esta lista supondrá el final del convulso proceso interno y, al mismo tiempo, el principio de la carrera electoral.
El resultado, sea cual sea, no frenará los deseos de renovación del sector crítico con Gerenabarrena, que deberá hacer cuentas para conservar apoyos para su pretendida pero cuestionada reelección al frente del ABB.