trípoli. La comunidad internacional incrementó ayer su presión sobre el líder libio, Muamar el Gadafi, que ya solo controla Trípoli y algunas ciduades del oeste. Mientras que Canadá, Francia y el Reino Unido cerraron sus embajadas en el país e interrumpieron temporalmente todas sus actividades, el paso más importante se dio en Italia, principal aliado europeo de Gadafi. El Gobierno de Silvio Berlusconi anunció que da por suspendido el Tratado de Amistad firmado en 2008 en la ciudad de Bengasi, que incluía importantes acuerdos comerciales -Italia tenía cerca de 180 empresas operando en Libia-, de inteligencia y sobre inmigración indocumentada. Mientras, el primer ministro italiano aseguraba que Gadafi "ya no tiene control de la situación". Berlusconi ha pasado, en la misma semanada, de pedir que no se moleste al coronel a solicitar medidas urgentes ante la crisis.
Para tomar cartas en la dramática situación que atraviesa el país, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reunió ayer de urgencia. El objetivo era acordar sancines contra el dictador y 22 de sus colaboradores, entre las que se debatieron congelar sus bienes, el embargo de armas y la prohibición de viajes a sus colaboradres. Asimismo, Francia y Reino Unido introdujeron en el Consejo de Seguridad una propuesta de resolución que definía la represión ejercida por Gadafi como "crímenes contra la humanidad", por lo que podría ser juzgado por el Tribunal Internacional de La Haya. La votación estaba prevista para ayer, aunque, al cierre de esta edición, la posición de China aún no estaba clara.
La Asamblea General de la ONU debe decidir, además, la semana próxima sobre la recomendación del Consejo de Derechos Humanos de excluir a Libia de este organismo, con sede en Ginebra. Este procedimiento, que se aplicaría por primera vez, debe ser aprobado por dos tercios de los 192 estados miembro. Tras una semana de parálisis y comedidas palabras de condena, Estados Unidos y la Unión Europea han empezado a actuar en el conflicto libio y, aunque sus medidas no puedan frenar el baño de sangre, suponen un importante respaldo a los rebeldes que se han atrevido a levantarse contra el régimen de Gadafi tras 42 años de terror. Ante las críticas por su mutismo e inacción, el presidente estadounidense, Barack Obama, firmó una orden que prohíbe la retirada o transferencia desde bancos de Estados Unidos de dinero perteneciente al líder libio, su familia o miembros de su gobierno.
Además, anunció la aplicación de sanciones unilaterales contra Gadafi y su régimen. Ayer, Obama volvió a referirse a la represión el Libia, sobre lo que comentó, contundente: "Gadafi debe marcharse ahora". En una conversación telefónica con la canciller alemana, Angela Merkel, el mandatario estadounidense manifestó que "cuando el único medio que tiene un líder para mantenerse en el poder es el uso de la violencia contra su propio pueblo, ha perdido la legitimidad para gobernar y debe hacer lo que es correcto para su país marchándose ahora". Ambos líderes coincidieron en su conversación en que Gadafi ha perido toda legitimidad. La canciller alemana también acordó con el primer ministro británico, David Cameron, en apoyar una rápida adopción de sanciones.
La situación en la capital del país, todavía en poder del régimen, era más calmada que los días anteriores. Según Al Jazeera, la noche del viernes, las fuerzas de seguridad mataron a siete manifestantes y las milicias de Gadafi establecieron puestos de control y barricadas. Las tiendas y bancos aún permanecen cerrados en la ciudad, así como las escuelas, a pesar de que las autoridades anunciaron su reapertura. Además de la Trípoli, Gadafi aún está al mando de Gadames, Sebha y Sirte, su ciudad natal.
gobierno alternativo Por su parte, el exministro de Justicia libio Mustafa Abdulyalil anunció ayer que la oposición formará un gobierno de unidad nacional integrado por civiles y militares, y que en tres meses se celebrarán elecciones democráticas. Abdulyalil, que renunció a su cargo en protesta por la represión violenta de las manifestaciones, dijo a Al Jazeera que ese gobierno tendrá "un marco democrático". En una conexión por videoconferencia desde la ciudad oriental libia de Al Beida, controlada por la oposición, el exministro dijo a Al Jazeera que ese gabinete que será constituido "respetará todos los acuerdos internacionales". Agregó que, con vistas a la formación de ese gabinete temporal, mantienen contactos con personalidades políticas del oeste del país. Además, la oposición volvió a publicar en Internet vídeos en los que se ve a presuntos mercenarios africanos atacando a los manifestantes. En uno de ellos se ve a un hombre negro en uniforme sobre un charco de sangre en el suelo, al tiempo que un grupo de personas impide que otros libios lo linchen. La situación al interior de Libia es de máxima tensión.
Al exterior, Gadafi se va quedando cada vez más solo. La última en sumarse a las críticas al régimen libio ha sido la prestigiosa universidad Al Azhar de El Cairo, que llamó a los soldados fieles a Gadafi a desobedecer las órdenes que puedan provocar nuevos derramamientos de sangre en Libia. Según el líder de la institución, el jeque Ahmed al Tayeb, el régimen libio ha perdido toda legitimidad. El referente espiritual llamó a los árabes en todo el mundo a prestar ayuda humanitaria y médica al pueblo libio. Entretanto, miles de inmigrantes continuaron abandonando Libia, entre ellos más de 1.500 egipcios. Al respecto, el Ministerio de Asuntos Exteriores español informó ayer de que solo quedan en Libia cinco ciudadanos del Estado, en concreto en Trípoli.