Bengasi. El este de Libia ha iniciado la era post-Gadafi. Sus ciudadanos se organizan para limpiar las calles, repartir comida, mientras que ya han sido elegidas las nuevas autoridades. Los bancos y comercios reabrieron ayer, mientras que se planea la vuelta a las clases. Impulsados por el euforia que provoca haberse liberado del régimen de Muamar el Gadafi, representantes del poder civil y militar del este del país, controlado por comités populares, mostraron ayer su confianza en que el líder libio abandone pronto el poder. Fathi Tarbul, miembro del gobierno provisional de Bangasi, aseguró que "Gadafi tiene bajo control solo un 15%" del país.

"Gadafi está viviendo los últimos momentos y esperamos el final de su régimen en los próximos días", dijo Tarbul, un abogado de 39 años, cuya detención, el pasado 15 de febrero, se convirtió en la chispa que encendió el levantamiento en el tercio este y en varias localidades del oeste y el sur. Por su parte, el jefe de las fuerzas armadas en el este, el general de brigada Abdul Nafa Musa, se mostró convencido de que "la gente liberará Trípoli", así como que todos los oficiales de la parte oriental están contra el régimen, e instó al resto de oficiales a "marchar hacia Trípoli".

Sin embargo, descartó, por el momento, que los sublevados en la "zona liberada" emprendan una acción militar hacia la capital. "La misión actual de las fuerzas especiales es proteger a la gente de Bengasi y de otras ciudades", afirmó Musa en una conferencia de prensa en el principal cuartel militar de la segunda ciudad libia.

Musa añadió que están "esperando la liberación" de la capital por parte de los ciudadanos y las fuerzas que se han sublevado. En este sentido, Tarbul consideró que ya no se puede hablar del Ejército de Gadafi, ya que la idea es que no tiene Ejército, sino fuerzas paramilitares fieles y mercenarios. Según la cadena Al Jazeera, las fuerzas leales a Gadafi solo controlan sin oposición los alrededores de su palacio de Dar El Aziza, mientras que en el resto de barrios de Trípoli se sucedían los enfrentamientos. La cadena aseguró también que vehículos con la inscripción "guardia revolucionaria" patrullaban las calles abriendo fuego contra los manifestantes.

Ciudades del oeste Según varios miembros de los comités populares, los manifestantes controlan no solo el este del país, sino varias ciudades del oeste como Zauiya o Musrata y del sur como Al Kufra, cercana a Sudán. Asimismo, subrayan que en la localidad de Sirte, lugar de nacimiento de Gadafi y situada entre Bengasi y Trípoli, "aún no ha empezado la revolución".

La revuelta tuvo su origen más inmediato en la detención de Tarbul, abogado defensor de las familias de los alrededor de 1.200 presos que en 1996 fueron asesinados por fuerzas de seguridad del régimen en la cárcel de Abu Salim. Tras ser detenido "la noticia se extendió y las familias de algunas de las víctimas decidieron manifestarse" para pedir su liberación, dijo el activista libio. Las protestas continuaron y, para el día 17, se convocó una manifestación de protesta en la plaza de los Juzgados, en el centro de Bengasi, esta vez no para pedir su puesta en libertad, sino para exigir reformas políticas.

Ese día acabaría dando nombre a lo que ya se conoce como "la Revolución del 17 de febrero".