el cairo. La salida del poder de Hosni Mubarak fue recibida en todo el mundo con la esperanza de que será un importante paso adelante en la democratización de Egipto.

El presidente de EEUU, Barack Obama, afirmó que la salida del jefe del Estado egipcio representa "no el fin de la transición, sino el comienzo" en un país que "no volverá a ser el mismo". El presidente estadounidense advirtió de que el proceso no será fácil y aún quedan "días difíciles por delante". No obstante, aseguró que "el pueblo egipcio ha hablado y su voz ha sido escuchada".

Desde la Unión Europea, los presidentes de la Comisión Europea y del Consejo Europeo, José Manuel Durao Barroso, y Herman Van Rompuy, y la alta representante, Catherine Ashton, aseguraron que Mubarak, ha "escuchado" la voz de su pueblo y "ha abierto la vía a unas reformas más rápidas y profundas". Pidieron que "se acelere el diálogo que conduzca a un Gobierno con una amplia base civil y que respete las aspiraciones del pueblo egipcio y les ofrezca estabilidad".

En Oriente Medio, un miembro del Gobierno de Israel que pidió el anonimato subrayó el "evidente interés" de su país y Egipto en mantener el acuerdo de paz que firmaron en 1979 y manifestó su esperanza en que "el proceso hacia la democracia continúe sin agitación ni violencia".

La canciller alemana, Ángela Merkel, indicó que "la dimisión de Hosni Mubarak constituye un hecho histórico" y deseó a los egipcios un futuro en paz y libertad, "sin torturas y sin detenciones arbitrarias".

El presidente francés, Nicolás Sarkozy, saludó la decisión "valiente y necesaria" de Mubarak, pidió elecciones "libres y transparentes" y señaló que espera "fervorosamente que las nuevas autoridades egipcias tomen las medidas que conduzcan al establecimiento de instituciones democráticas".

Italia también deseó que la transición política en Egipto se desarrolle de modo pacífico y manifestó su esperanza en que el país respete sus compromisos internacionales, dado su papel "crucial" en la estabilidad de la región. Desde Londres, el primer ministro británico, David Cameron, instó a Egipto a avanzar hacia un Ejecutivo "democrático" y resaltó que es una oportunidad única "para formar un gobierno que pueda unir a los ciudadanos".

España, a través de su titular de Exteriores, Trinidad Jiménez, dijo que la renuncia de Mubarak facilitará una transición rápida hacia la democracia y colmará "las legítimas aspiraciones" del pueblo egipcio.

Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, aseguró que con la salida del poder de Mubarak "se ha escuchado la voz del pueblo egipcio" y pidió una transición "pacífica y ordenada", que conduzca a la celebración de "elecciones libres y justas".