BARCELONA. El regreso de CiU a la Generalitat ha venido acompañado por un intento de borrar, en pocos meses, el legado de siete años de tripartito. Esto ha provocado que buena parte de las iniciativas del antiguo gobierno hayan pasado al cajón de las tareas pendientes. Algunas de estas medidas se han justificado por la difícil situación económica mientras que otras, son un ejemplo del nuevo estilo con el que pretenden gobernar los convergentes. El caso del Memorial Democratic es uno de los más paradigmáticos. La institución se creó con el objetivo de promover la memoria histórica y fue una de las apuestas estrella de ICV a la hora de entrar en el tripartit. Pero la llegada al poder de CiU lo ha puesto en la cuerda floja. De hecho, tras semanas de rumores sobre su continuidad, la vicepresidenta, Joana Ortega, ha destituido a su director, Miquel Caminal. Esta medida se suma a la reducción de fondos que buscan "vaciar la institución de contenidos", según denuncian desde sectores del partido que lidera Joan Herrera. Esto ha provocado que congresos que ya tenían presupuesto asignado se hayan suspendido sin previo aviso. Otros recortes anunciados por CiU son la derogación del Código Ético que regula la actividad de los Mossos d´Esquadra y la supresión de las cámaras de videovigilancia que el antiguo conseller de Interior, Joan Saura, ordenó instalar en las comisarías catalanas. Dos medidas que han sido duramente criticadas por organizaciones civiles como el Comité para la Prevención de la Tortura.
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