vitoria. La intencionalidad política que pudo motivar los cuatro operativos policiales que España y Francia pusieron en marcha contra el denominado entorno de ETA dividió las reacciones que ayer se precipitaron sobre ellas. Para unos se trató de una clara respuesta a las carencias que arrastraba el último comunicado de la organización terrorista, para otros fue una simple demostración de que el Estado de Derecho "no está en tregua".

El primer grupo lo lideró la izquierda abertzale ilegalizada que, por boca de Tasio Erkizia, denunció que el Estado pretende "entorpecer la nueva era política que se abre en Euskal Herria" con este "golpe" y "condicionar" su apuesta por el uso de vías pacíficas. "Ésta es su respuesta al comunicado de ETA", clamó también Txelui Moreno, padre de uno de los arrestados.

"Por qué y para qué esta última redada policial cuando una de las partes está dando numerosos pasos, está actuando con valentía hacia la apertura de un proceso democrático", se preguntó Erkizia. "La respuesta es evidente aunque el Gobierno pretenda confundir a la ciudadanía con simplezas insultantes hablando de duros y blandos" dentro del MLNV, se respondió.

Erkizia admitió la "rabia" y "preocupación" que causan estas detenciones, pero aseguró que "están muy equivocados si creen que van a frustrar la iniciativa política con estos métodos". Por eso, tras reiterar que su actual estrategia "no tiene vuelta atrás", llamó a todos los agentes a actuar "con responsabilidad" y compromiso ya que, según subrayó, "el proceso democrático requiere del compromiso y la participación de todos" respondiendo "como pueblo" para pedir que se abra "una nueva era democrática".

Esta línea guió la respuesta de los firmantes del Acuerdo de Gernika.

El Movimiento pro Amnistía aseguró que el Estado "quiere arruinar el proceso en marcha". LAB criticó la "violencia desmedida" con la que se está respondiendo a la nueva coyuntura por "fines políticos". Aralar lamentó que estas operaciones no respondan "a los requerimientos que se le hacían al Estado español desde el Acuerdo de Gernika" pidiéndole una respuesta positiva a los pasos hacia la paz, mientras que EA denunció como Erkizia la "intencionalidad política" de las detenciones.

Sin embargo, estos agentes no fueron los únicos que adivinaron la mano del Gobierno tras los arrestos. El dirigente popular Esteban González Pons, confesó que le "gustaría pensar" que existió esa "intencionalidad política" en respuesta a ETA, y el propio ministro de Justicia, Francisco Caamaño, respondió efectivamente que estas operaciones prueban que "no habrá diálogo".

"todo sigue igual" Sin embargo, el consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, negó la mayor. "Quien piense que hubo intención política no entiende cómo funcionan el Estado de Derecho y la separación de poderes", respondió antes de tachar de "coincidencia" el hecho de que las cuatro Policías hubieran actuado a la vez, subrayar que todos los arrestos partieron de "los tribunales", y preguntar a quienes los criticaron si proponen que no se detengan "terroristas"; eso sí, describiendo estas actuaciones como una muestra de que "ni el Estado ni la Policía están en tregua". "Todo sigue igual", confirmó el portavoz socialista en el Congreso, José Antonio Alonso.

Por último, el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba -siguiendo su tesis de que Ekin dificulta que el MLNV acabe por fin con la violencia y, por lo tanto, las operaciones en su contra ayudan a los posibilistas- celebró que no fuera la mejor noche de quienes "intentan imponer las tesis de ETA en la izquierda abertzale". "La lucha antiterrorista continúa ya que las fuerzas de seguridad no están dispuestas a que las organizaciones ilegales vuelvan a resurgir", añadió, antes de rechazar, como Ares, que tras las detenciones hubiera otro impulso que el puramente judicial.

En este sentido, el PNV se limitó a confiar en que en esta "delicada" coyuntura, los arrestos no respondan sólo a que al Gobierno "le interesa lanzar un mensaje político.