C. C. Borra

Bilbao. Pese a que el consejero de Interior, Rodolfo Ares, asegura que no hay que bajar la guardia ante la amenaza de ETA, ya que el grupo armado está lejos de haber decidido abandonar las armas, esta postura no parece concordar con la gestión que se está realizando del servicio de protección a las personas amenazadas. Y es que los cambios que se están introduciendo en este servicio están "generando riesgos innecesarios" entre los vips, tal y como se les denomina en la jerga policial.

Así lo cree el sindicato ErNE, que denunció ayer que la consejería ha modificado la totalidad de los grupos encargados del servicio de escolta que estaban establecidos en la unidad de élite de la Ertzaintza, -los berrozis -lo que afecta a la práctica totalidad de los más de 300 agentes que componen esta unidad especial y que se encargan de proteger a los miembros del Gobierno Vasco, entre otros.

Así, desde el pasado 1 de enero, Interior "ha desmantelado todo el sistema de protección, cambiando a la totalidad de escoltas de todos los vips, lo que ha generado dudas en cuanto a la efectividad de la seguridad de los escoltados", aseguraba ErNE en un comunicado. Un portavoz de la central explicó que se ha acabado de un plumazo con las rutinas que había establecidas en materia de seguridad, en algunos casos "desde hace más de 25 años" -cada persona amenazada cuenta con siete agentes asignados que se van rotando por turnos-.

La central mayoritaria en la Er-tzaintza critica además que los responsables del departamento han adoptado esta determinación de forma repentina, sin consultarlo antes con los representantes sindicales y sin justificarlo en ningún documento escrito. "A nadie se le escapa lo peligroso de la decisión", zanja, evitando dar más detalles por lo sensible de esta materia.