vitoria. El armazón que sostiene los Presupuestos vascos de 2011 estaba construido desde abril de 2009, cuando se firmó el acuerdo de bases, y fue apuntalado por la anunciada abstención del PNV. Sin embargo, el debate que suscitó ayer su aprobación en la Cámara aportó matices, adaptó el equilibrio de fuerzas de la legislatura a la fotografía de finales de 2010, y constató que un año más toca apretarse el cinturón.

En primer lugar, quedó patente la buena salud de la que goza el pacto PSE-PP, habida cuenta de que ayer fue el popular Antonio Damborenea quien lidió con las críticas de la oposición a la gestión de Patxi López, mientras que el portavoz parlamentario socialista, José Antonio Pastor, se centró en subrayar el hecho de que las Cuentas del lehendakari sólo han tenido siete votos en contra -los cuatro de Aralar, los de EA y EB y el de UPyD, que este año cambia de trinchera tras constatar que sus ideas sobre el cambio difieren de las de PSE y PP-. Pastor defendió además la austeridad y la idea, muy repetida desde septiembre, de que el Ejecutivo "hace más con menos".

El tercer actor fundamental en la obra representada ayer fue el PNV, que sin variar su abstención añadió nuevo versos al libreto. El nacionalista Ricardo Gatzaga-Etxebarria advirtió de que, en contra de lo que denuncia el resto de la oposición, el Gobierno juega con fuego en materia de déficit y endeudamiento. Gatzaga-Etxebarria explicó que el PSE se encontró en 2009 con 642 millones de euros de endeudamiento y a día de hoy se deben 4.343 millones. Por ello reclamó que se emplee el incremento de la recaudación, todo un bálsamo en los tiempos que corren, en amortizar parte de esa deuda.

El parlamentario del PNV recalcó que la economía vasca se ha atascado por su dependencia de España, pues la CAV cuenta con un tejido económico similar al de Alemania o Francia y exporta sobre todo a estos países, que ya crecen tras superar el bache. "En ese contexto el PNV no quiere que Euskadi no tenga Presupuesto", afirmó Gatzaga-Etzxebarria, y ello a pesar de que los jeltzales se quejan amargamente del rechazo del Gobierno a sus enmiendas, enfocadas a impulsar el capital humano y la investigación. El parlamentario advirtió además al lehendakari: "Usted no tiene un problema de comunicación, tiene un problema de gestión". Damborenea acusó a los jeltzales de sostener las diferencias entre Alemania y España con su apoyo a Zapatero.

El resto de la oposición, los partidos que han presentado enmiendas a la totalidad y que votaron no a las Cuentas de López, presentaron un discurso diametralmente opuesto al del PNV. Coinciden Aralar, Ezker Batua, Eusko Alkartasuna y UPyD en que el equilibrio entre ingresos y gastos también se puede alcanzar aumentando los primeros y no sólo recortando los segundos. Cada vez es más clamorosa la reclamación de una reforma fiscal frente al "pacto de hierro" sobre impuestos, en palabras del portavoz de UPyD Gorka Maneiro, que mantienen PSE, PNV y PP. Los populares no sólo se desmarcaron de ese supuesto acuerdo, sino que se sumaron a la denuncia.

"más que cursillos" Aralar rechaza las Cuentas porque no son "ni abertzales ni de izquierdas", según Dani Maeztu. En lo puramente político, la formación reniega de unos Presupuestos redactados por "el delegado del Gobierno de Madrid en Ajuria Enea". En lo concreto, Maeztu criticó que el TAV se lleve la mitad de la inversión en Euskadi.

Por su parte, Juanjo Agirrezabala, de EA, denunció los recortes "en ayudas sociales, Empleo, Educación, Sanidad, lucha contra la pobreza y un largo etcétera", y junto a UPyD, Aralar y el PNV criticó que se llame a negociar y que luego no se haga. "Palabras sí, hechos no", denunció. El portavoz de Ezker Batua, Mikel Arana reclamó más ayudas a las pymes, "algo más que cursillos" para los parados, una mejor atención sanitaria y "un proyecto de país" a "los campeones de España en ratio de endeudamiento sobre el PIB".

Concluido el debate, PSE, PP y UPyD sacaron adelante con la abstención de EB y PNV y el voto contrario de Aralar y EA, la Ley de Publicidad Institucional, llamada a evitar el "autobombo" como afirmó la portavoz del Ejecutivo, Idoia Mendia, en las administraciones.