PAMPLONA. Los conceptos "cambio de ciclo" y "proceso irreversiblede paz" se repiten como un mantra en la entrevista concedidaa este periódico por un colectivo de reclusos que ha rechazadola violencia y se ha desmarcado de ETA. Al tiempo que reclamanun papel más activo en dicho proceso, apuntan que la clave eslograr hacer el mismo "definitivo e irreversible".
¿Cómo ven desde dentro de la prisión el proceso que se está dandodentro de la izquierda aber-tzale ilegalizada?
Como todos los anteriores debates y procesos, con muy poca informaciónde lo que en realidad se está haciendo y llenos de dudas provocadas,entre otras razones, por la desilusión y pérdida de credibilidadque trajo consigo el fracaso del anterior proceso. En cualquiercaso, vemos que, aunque lentamente, por fin se están dando pasosconcretos de cara a un cambio de ciclo, pero, a nuestro entender,sin la claridad y contundencia necesarias en la escenificacióndel fin de una etapa.
¿Les parecen suficientes los pasos dados hasta ahora?
De puertas afuera podrían serlo, pero tenemos la impresión deque de puertas adentro algunos aún no han terminado de asumirque no solo hay que cerrar el ciclo de la lucha armada, sinoque hay que plantear las cosas con otra mentalidad y no comose ha hecho hasta ahora. Se han llevado las cosas a un puntoen el que, para poder recuperar en la sociedad la credibilidady un clima favorable para el cambio de ciclo, se va a tener quehacer un gran esfuerzo, dar pasos en serio y dejar atrás una mentalidady unos discursos que solo han traído problemas. De eso dependerácómo se vaya a cerrar este ciclo, cómo se vayan a solucionaralgunos de los problemas pendientes y cómo se abrirá el nuevociclo.
¿Cómo valoran el que la decisión de la antigua Batasuna sea unilateral,es decir, sin condiciones ni ninguna negociación?
Pues como una consecuencia de no haber hecho las cosas de otramanera en su momento. Gerry Adams ya decía en unas declaracionesa The Independent: "Llegamos a un punto en el que teníamos queelegir entre dos posibilidades. La primera era la vía fácil,continuar con la guerra hasta que ésta no se pudiese continuarpara juntarnos entonces en los homenajes, en las barras de losbares y hablar de los viejos tiempos. O bien, tomar la vía másarriesgada que consiste en buscar activamente una solución políticaal conflicto". En Euskal Herria algunos se empeñaron en llevarlas cosas hasta el final de la primera vía y ahora les toca aotros reconducir la situación tarde y mal por la segunda vía.Así y todo, ahora lo importante es que hasta Arnaldo Otegi asumaen las páginas de El País que la decisión tiene que ser unilaterale irreversible.
¿Se podían haber dado antes esos movimientos?
Siguiendo con el ejemplo irlandés, después de años de contactos,Alec Reid decía que cuando llegaron a un acuerdo tuvo el convencimientode que eso mismo hubiera sido posible muchos años antes. En nuestrocaso será aún más evidente. No es momento de pasar facturas porlos errores cometidos, pero tampoco podemos olvidarlos y hacercomo si no hubieran existido, cuando se corre el riesgo de repetirlos.
¿Qué ha obligado a dar ese paso? ¿Cuánto ha afectado en la decisiónde la izquierda abertzale la presión del Estado español?¶La presión ha existido siempre. No hay una única, sino diversasrazones. El fracaso de otros procesos, la actitud de la sociedady de la base social de la propia izquierda abertzale con respectoa la lucha armada... han llevado a Batasuna a abrir un periodode reflexión y debate entre su militancia. A nuestro entenderacertaron abriendo el debate a la militancia y haciéndolo públicoa pesar de la oposición de ETA.
¿Cómo debería responder ETA ante esta situación?
ETA deberá asumir que desde la propia base social de la izquierdaabertzale se le está diciendo que no puede seguir con la luchaarmada y deberá plantear el cese de su actividad de manera irreversible.A estas alturas sirve de muy poco hablar de una tregua permanentey verificable si no se ha tomado la decisión definitiva de dejarlo.Algunos pueden aceptar lo de la tregua permanente y verificablesabiendo que eso solo servirá para alargar tanto la indefinicióncomo la supervivencia de la organización armada. Cuando en realidad,nos encontramos con una organización que ya ni puede tener actividadcomo tal, pues hasta desde Batasuna le están diciendo que sihacen algo se quedarán fuera de la izquierda abertzale. Y sise ha decidido dejar la lucha armada, desactivada ya de facto,tampoco sirve de nada adornarlo como tregua permanente o treguaverificable como si aún se dejara la puerta abierta a una rupturade dicha tregua. Eso es absurdo. Por lo tanto, lo que está enjuego es saber si se ha tomado la decisión de dejar definitivamentela lucha armada o no. Y hay que plantearlo así de claro, porquesi no, si esta situación se alarga, cuando se quiera escenificarel fin de la lucha armada se pueden encontrar con una sociedadque diga: "¿Pero ahora de qué queréis hablar si la lucha armadaya la dimos por finalizada hace tiempo?".
¿ETA va por un camino y Batasuna por otro, o las dos van juntas?
Pues pensamos que ni lo uno ni lo otro. Hay que entender quela ruptura de Loiola fue especialmente traumática entre los queparticiparon por parte de ETA y Batasuna debido a las diferentesposturas que mantuvieron. A raíz de aquello unos se empeñaronen seguir con la lucha armada y otros, tanto en Batasuna comoen las cárceles, han dejado de limitarse a aceptar "lo que vienede arriba" y se están dando pasos concretos para cerrar el ciclode la lucha armada. Por eso se plantearon las asambleas en lospueblos, para tener legitimidad ante los que quieren seguir conla lucha armada. Legitimidad que necesitaban para dar pasos enun proceso que no deje espacio para la continuidad de la luchaarmada.
¿Los ritmos de la izquierda abertzale ilegalizada y de la organizaciónarmada son los mismos?
Desgraciadamente, no. Batasuna quiere y necesita pasos más rápidosy más concretos, mientras que desde ETA se están adaptando tardey de forma forzada a la situación que se les plantea.
¿Ven riesgo de escisión dentro de ETA?
Desde Batasuna se están planteando los pasos con excesiva cautelaargumentando que hay que evitar escisiones. Nosotros pensamosque la mejor manera de evitar escisiones en ETA, o que algunosrestos continúen, es precisamente que Batasuna plantee el cambiode ciclo como algo definitivo e irreversible. Con eso, no solamentese ganará en credibilidad para afrontar los problemas que quedanpendientes, sino que será la mejor manera de evitar que algunoscontinúen con la lucha armada.
Los Gobiernos de España y la CAV ofrecen dos posibilidades parala legalización: o la izquierda aber-tzale convence a ETA paraque abandone, o condena de forma clara la violencia. ¿El caminoes uno de estos dos o algún otro?
A estas alturas, más que convencer (ya que algunos no se quierendejar convencer) o condenar, lo que Batasuna, en nuestra opinión,tendría que hacer es dar el paso decisivo para no dejar espacioa los que quieren seguir utilizando la lucha armada. Y cuantoantes, mejor, porque seguir dando largas solo sirve para alargarel sufrimiento y para difuminar la importancia del cambio deciclo.
Podría ocurrir que la izquierda abertzale quedase fuera de todaslas instituciones a partir del próximo mayo. ¿Eso dificultaríamucho la solución?
Aquí lo que está en cuestión es cerrar el ciclo de la lucha armadapara poder avanzar por vías exclusivamente políticas. ¿Que esopermite a Batasuna estar en las próximas elecciones? Pues muybien, pero el objetivo no es ni puede ser estar en las elecciones,porque, entonces, algunos seguirían planteando: "¿Cómo se vaa dejar tantos años de lucha armada solo para poder participaren unas elecciones?". Y en eso tendrían razón. Por eso hay queplantearlo claramente: la lucha armada se tiene que terminarporque no tiene sentido y porque está fuera de lugar.
¿El no haber querido romper con la violencia ha llevado a laizquierda abertzale proscrita a esa situación?
ETA con su estrategia ha ido agudizando su desconexión con lasociedad. En su día se optó por socializar el sufrimiento sinpensar en que esto podía caer en su propio tejado, como ha ocurrido.La estrategia de socializar el sufrimiento (cuanto peor, mejor),que con tanta ligereza plantearon algunos, se ha convertido enun boomerang contra la propia izquierda abertzale.
¿El Estado no pondrá en marcha ningún proceso de diálogo mientrasETA no declare una tregua indefinida?
Al margen de lo que plantee el Estado, a nosotros lo que nosimporta es que ahora es ya la propia militancia de Batasuna laque ha dicho a ETA que tiene que cerrar el ciclo de la luchaarmada para poder afrontar un nuevo proceso político. Y ese esel camino.
¿El Estado debería hacer algún gesto a la izquierda abertzalepara facilitar el camino?
A nuestro entender, el Estado tendría que facilitar y no dificultarla legalización de Batasuna, que tiene que ser una formaciónlegal y estar en las instituciones para desde allí, junto conlas demás organizaciones políticas, abertzales y no abertzales,poder afrontar un final serio del ciclo de la lucha armada yde sus consecuencias
¿De qué deberían hablar ETA y el Estado español?
Deberían centrarse, de la manera más seria y más sensata posible,en el cierre del ciclo de la lucha armada, en su desaparición.
¿Cómo valoran la política penitenciaria del Estado en este momento?
Está claro que la política de dispersión que mantiene el Estadono ayuda en nada. Tal y como están las cosas, es decir, dispersadosen decenas de cárceles y en cada cárcel repartidos en infinidadde módulos, se hace difícil sacar adelante un debate, y la actualsituación necesita de debates serios y profundos en el interiorde las cárceles. En nuestra opinión, el agrupar a los presospolíticos ayudaría de manera importante a este proceso de cambio.La actual política penitenciaria sólo favorece a los que no quierenabrir un nuevo ciclo.
Y los presos, ¿qué papel han jugado en el proceso hasta ahoray qué papel deberían jugar?
Hasta ahora, en todos los procesos que hemos vivido, el papelde los presos ha sido el de mero espectador. Todos los procesoshan empezado y han terminado sin tener en cuenta la opinión delos presos, lo cual, como se ha demostrado, ha sido un gran error.En Irlanda, por ejemplo, antes de firmar el acuerdo de Stormont,la aportación de los presos políticos fue la de participar enla reflexión política. Desde las cárceles impulsaron dinámicaspara esa nueva fase, solicitaban permisos de salida para podertomar parte en las asambleas a favor del cambio de ciclo. Ennuestro caso, los presos tendríamos que dejar atrás el papelde mero espectador y dar pasos a favor del cambio de ciclo. Eneste sentido, hacemos nuestro el acuerdo firmado en Gernika.En nuestra opinión, los firmantes del acuerdo tendrían que irde cárcel en cárcel buscando el apoyo de los presos. En las cárcelestambién una gran mayoría está por el cambio de ciclo.
¿Creen que el proceso será largo?
Cuando se dice que el proceso va a ser largo, que después decincuenta años se necesita tiempo, pensamos que al hablar deesto no se pueden confundir los parámetros. Una cosa es cerrarel ciclo de la lucha armada y empezar a superar las consecuenciaspor él originadas. Eso hay que hacerlo cuanto antes, porque elconflicto de por sí ya se ha alargado y enredado demasiado. Yotra cosa es que se necesite tiempo para ir cerrando las heridas,para ir solucionando el problema de los presos y los refugiados,para ir avanzando políticamente.
Ustedes hace tiempo que se alejaron de la violencia y la organizaciónarmada. ¿Cómo tomaron este tipo de decisión?
Nosotros abandonamos la organización en épocas diferentes, aunquemovidos por motivos muy similares (desacuerdos, puntos de vistaenfrentados, intransigencia...). Factores humanos, políticos,estratégicos... Y, además, la experiencia nos ha enseñado queno se puede seguir en una dinámica en la que el objetivo principalha sido el mantenimiento de la propia organización.
Como se suele decir en castellano, en lo que respecta a los presoscríticos con ETA, son todos los que están, pero no están todoslos que son. ¿Es así?
En las cárceles del Estado español una mayoría de presos piensacomo nosotros. El problema es cómo visualizar esa realidad. Unacosa es lo que dicen los comunicados oficiales que se emitenen nombre de todos los presos y otra la realidad de lo que sehabla en los patios de las cárceles.
¿Han sentido la aceptación y entendimiento de su elección enalgún sector de la izquierda aber-tzale o entre los presos?
Algunos compañeros nos han hecho llegar su comprensión y respetopor nuestra decisión. Los compañeros que han empezado a salirde permiso y a reencontrarse con los suyos y la realidad, hansido recibidos con total normalidad y los comentarios de la granmayoría parecen sacados de un mismo molde: "Ongi etorri, ya mealegro. ¿De verdad crees que esta es la definitiva? Cuanto antesse acabe con esto, antes empezará la nueva etapa, que ya es hora".En las tres últimas décadas no han cambiado solo los edificios,las calles, la tecnología y todo lo referente a la estética;el verdadero cambio que hemos notado es sobre todo a nivel dementalidad. Claro que también ha habido algunas malas caras,pero esos son una minoría, un penoso reflejo de la mentalidadque habrá que cambiar en algunos sectores de la izquierda abertzale.Es increíble que gente que lleva una vida de confortable radicalidad,que incluso nos han cerrado la puerta de sus casas cuando necesitábamosayuda, ahora expresen su supuesta radicalidad rechazando nuestrapostura. ¿Qué es lo que hace que la madre de un preso deje desaludar a la madre de otro cuando lo que les ha unido durantelos últimos 20 o 30 años ha sido la preocupación por la situaciónde sus hijos y a menudo ninguna de las dos quería saber nadade política hasta la detención de sus hijos? Desde luego quelas ideas y los valores por los que decimos luchar, seguro queno. Es el folklore que existe en torno a la lucha armada el quealimenta esas reacciones.
Sin ninguna duda, tendrían presiones entre los compañeros. ¿Quéreproches han utilizado con ustedes?
Entre los compañeros conocemos a muchos que piensan como nosotros,sobre todo los que conocieron desde dentro lo que fue ETA. Esosnos respetan. Otros nos criticarán como están criticando ahoraa los dirigentes de Batasuna por decir que rechazan la violenciao por dar su opinión, estando presos, en la prensa española almargen de lo establecido en el Colectivo.
¿Cómo se podrán concretar los puntos del Acuerdo de Gernika referidosa los presos?
Habrá que empezar por preguntarse por qué el Colectivo de Presosno ha firmado aún el Acuerdo de Gernika y en cambio Etxerat yBatasuna sí. Nosotros tenemos claro que el día en que los presosse impliquen y se comprometan a favor del proceso irreversiblede paz, se dará sin duda alguna el paso definitivo hacia la solucióndel conflicto. Está muy bien eso de hacer ruedas de prensa ymanifestaciones para socializar el Acuerdo de Gernika y pedirla implicación de la gente, pero en lo referente a los presoshabrá que empezar por pedir la implicación también de los propiospresos. Sobre todo, teniendo en cuenta que tanto para obtenerlos beneficios penitenciarios y las libertades condicionalesen los términos que marca la ley (como se dice en el Acuerdode Gernika) hay que solicitarlos, hay que solicitar el cambiode grado, hay que solicitar el traslado a las cárceles de EuskalHerria, hay que cumplir una serie de requisitos legales, algoque es todavía tabú en el Colectivo. ¿Por qué no se habla deeso? ¿Por qué no se empiezan a dar pasos en ese sentido? ¿Cómoes posible que se vayan a aceptar los requisitos que marca laley en el tema de la legalización como partido político paraparticipar en las elecciones y los presos que llevan tantos añosde cárcel no puedan hacer lo mismo para salir en libertad? ¿Hastacuándo se va a seguir así?
¿Cómo valoran la presencia de dos mujeres viudas de ertzainasen el acto de homenaje a Brouard y Muguruza?
Como se suele decir, una imagen vale más que mil palabras. Eneste caso, la presencia de estas dos mujeres en el acto de recuerdoa Brouard y Muguruza escenifica en sí mismo la voluntad generalizadade querer ir cerrando heridas e ir abriendo nuevos espacios deconvivencia. Habrá que ir pensando que también desde la izquierdaabertzale tenemos que dar pasos en el mismo sentido, pero pasosconcretos como los de estas dos mujeres, que nos parecen tanpositivos.