bilbao. Ulises Moulines defiende sin tapujos que todas las naciones deben ejercer el libre derecho a la autodeterminación, pese a la oposición de los que este filósofo considera "estados hegemónicos", entre ellos, España.
Nació en Venezuela de padres catalanes, ha vivido en México y da clases en Munich. Ciudadano del mundo y se considera nacionalista.
Soy nacionalista de todas las naciones y especialmente de aquellas naciones que no tienen un Estado que soporte y apoye su identidad nacional. Hay que ser nacionalista en todo el mundo y, especialmente, de las naciones sin Estado.
Usted ha proclamado que un internacionalista tiene que ser a la fuerza nacionalista y viceversa.
El nacionalismo es un principio ético-político aplicable y que, además, está previsto por la carta de las mal llamadas Naciones Unidas, ya que son Estados-Unidos. Ahí se recoge el derecho a la autodeterminación de todas las naciones del mundo. Lo que los nacionalistas pedimos es que se pueda aplicar este derecho.
¿Por qué el miedo a definirse como nacionalista?
Es cierto que ciertos movimientos nacionalistas, en algunas parte de Europa, fueron en realidad racistas e imperialistas. El caso más extremo es el del nacional socialismo alemán y hay muchas personas que, de una manera errónea, identifican el nacionalismo con esas posiciones que yo llamo hegemonistas, que es cuando una nación se cree superior a las demás y con derecho a oprimirla. Luego hay otro factor, que movimientos de reivindicación nacional fueron instrumentalizados por las clases dominantes para seguir oprimiendo a los más desfavorecidos. Y, por último, hay una razón más simple, que muchos intelectuales de naciones con Estado quieren seguir gozando de sus prerrogativas en detrimento de las naciones sin Estado.
El concepto nación es del siglo XVIII, pero usted asegura que el nacionalismo es más antiguo.
El término nación comenzó a circular por Europa en el siglo XVIII, pero a lo que se refiere ese concepto tiene miles de años. Un caso concreto es el de los judíos, que desde hace 3.000 años se entienden como nación. Así, la nación judía no existe sólo desde que Herbert inventó el término nación, y lo mismo podría decirse de la nación vasca.
Frase de Mario Vargas Llosa: "El nacionalismo es una plaga que ha llenado de sangre la historia".
Me parece una ofensa a todas las naciones que están tratando de salvar su identidad. Es un insulto a la humanidad y a la inteligencia.
El ejemplo es que a finales del siglo pasado surgieron estados sin derramamiento de sangre.
Lo que demuestra que Vargas Llosa ni siquiera tiene los datos concretos empíricos. Al derrumbarse la URSS no surgieron nuevas naciones, que ya estaban ahí, sino que gracias al cambio político esas naciones, y en la mayoría de los casos de forma pacífica, se convirtieron en Estado. Los letones quisieron formar su Estado y Letonia está ahí y no se ha caído el mundo.
¿El nacionalismo implica también el "anti" como concepto?
Si yo quiero formar mi propia familia no significa que no pueda tener buenas relaciones con otras familias y con mis vecinos.
¿En el siglo XXI naciones como Euskadi o Catalunya tienen opción de convertirse en Estados?
No soy clarividente ni tengo una bola mágica. Yo diría que es difícil, porque los estados hegemonistas en Europa harán todo lo posible solidariamente para impedir el surgimiento de nuevos estados. Pero, a la larga, puede ser que la opinión pública de esos estados hegemonistas comprenda que lo que piden estas naciones sin estado es algo de simple justicia.
¿Existe la "solidaridad" entre estados para impedir reivindicaciones nacionalistas?
Ese es el problema en la Unión Europea. Estados como Gran Bretaña, Francia o España son solidarios para impedir que se aplique el derecho de autodeterminación, que está previsto en las Naciones Unidas. Y otros estados dicen: "Yo ya resolví estos problemas y no me voy a mojar por otros". Hay una especie de conspiración del silencio.
Y quienes dicen que cualquier mínimo municipio puede exigir el derecho de autodeterminación.
Eso es ridículo. El derecho de autodeterminación no es aplicable a personas individuales o a un grupo de vecinos de una casa. Hay que poner los límites razonables.
Por defender estas ideas se ha granjeado muchas enemistades.
He tenido recepción positiva por parte de muchas personas en Euskadi, Catalunya o Galicia y también fuera del estado español, con amigos tiroleses, bretones e incluso anglosajones, que tienen una actitud más tolerante con esta problemática. He tenido un rechazo total a mis tesis por parte de intelectuales españoles. No hay tradición de diálogo y ese el problema que tiene mucha gente en España. Mi tesis es que todo el mundo es nacionalista y los españoles tienen perfecto derecho de sentirse orgullosos de sus señas de identidad, pero me hace mucha gracia que defiendan su españolidad y luego no sean capaces de reconocer a otros nacionalismos. El problema del nacionalismo español es que no quiere que otras naciones desarrollen su identidad. Además de ser nacionalistas, son hegemonistas.
¿La conversión de nación en estado va unido a algo traumático?
Ha habido estados razonables como el checoslovaco que dio todo un ejemplo. Lamentable no son muchos, e históricamente los estados en Europa han surgido de la violencia. Es difícil, pero ha habido estados que han concedido a sus naciones el derecho de autodeterminación. El problema es que los estados que firmaron la carta de las Naciones Unidas, se la saltan a la torera.
¿El Estado español tiene miedo a debatir el derecho de los pueblos?
Lamentablemente tiene que ver con la historia de España. No hay una fuerte tradición democrática interiorizada en el espíritu de la gente y siempre se han resuelto los asuntos a garrotazos. No hay una cultura de diálogo y de discusión razonable. En eso en el Estado español estamos como la época de las guerras de moros contra cristianos.
¿Qué han supuesto grupos como ETA o IRA en la lucha por la constitución de estados?
Estoy claramente en contra de cualquier uso de la violencia. No es el camino, ni por cuestiones morales ni prácticas. Estos grupos armados, aunque se pueda comprender psicológicamente su desesperación, han sido nefastos para dar una visión positiva de las naciones minoritarias .
¿Qué camino deben tomar las naciones sin estado?
Yo diría que afianzar todas las manifestaciones culturales propias y darlas visibilidad en el mundo y dejar claro que existen como entidades culturales. Y luego llegará el momento del desarrollo político. Si estas naciones tienen repercusión internacional es más difícil que los tanques acaben con las aspiraciones que tienen.