vitoria. El Partido Popular no oculta que sus bazas en las próximas elecciones municipales y forales pasan, básicamente, por vencer en Álava. Este territorio, que ya gobernaron los populares durante ocho años con Alfonso Alonso en la Alcaldía de Vitoria y Ramón Rabanera al frente de la Diputación, se antoja decisivo para diagnosticar el estado de salud del acuerdo por el cambio tras los comicios de mayo.
Así lo volvió a poner de manifiesto ayer el portavoz del PP alavés y candidato a la entidad foral, Javier de Andrés, quien aseguró que una hipotética falta de apoyo socialista a su investidura, en caso de que el PP resulte la fuerza más votada o, al menos, acapare más sufragios que PSE y PNV, significaría que el partido liderado por Patxi López "tira la toalla" en el itinerario trazado para ampliar el cambio en la CAV.
Pero De Andrés no las tiene todas consigo, según se desprende de su convencimiento acerca de un pacto postelectoral entre socialistas y jeltzales que el aspirante conservador enmarca en el "pacto férreo" que ambos partidos desplegaron al inicio de la presente legislatura en el Consistorio gasteiztarra y la Diputación.
De Andrés recordó que esta sintonía ha superado los diferentes escollos que han salpicado el mandato de Xabier Agirre; desde la ruptura de la coalición de Gobierno, primero con Aralar y un año más tarde con EA, hasta los casos de presunta corrupción en los que se encuentran imputados dirigentes peneuvistas. "Con un pacto que se ha demostrado tan férreo pese a todas las adversidades entre el PSE y el PNV, no cabe pensar que ahora se vaya a romper", indicó el aspirante popular en su intervención ante los medios de comunicación.