Joxean Agirre y Graxi Etxebehere, en la presentación de ayer en Donostia. Foto: javi colmenero
La fundación Euskal Memoria cifra en 474 los fallecidos por "la represión" de los Estados
abogan por que se pase de hablar de "800 víctimas del conflicto" a 1.300
Piden a las instituciones que actúen "con responsabilidad" y empiecen a decir "que ha habido muchas víctimas"
Donostia. La fundación Euskal Memoria, dedicada a la recuperación y divulgación de "la verdadera historia de Euskal Herria", presentó ayer su primer trabajo, un libro de más de mil páginas que suponen "la base de datos más completa de la represión (entre los años 1960 y 2010) en Euskal Herria hecha hasta ahora".
La obra, titulada Gernikako seme alabak-No les bastó Gernika, ha sido coordinada por uno de los fundadores de Euskal Memoria, Joxean Agirre. Fue él mismo quien destacó que la organización ha cumplido "su primer objetivo: fomentar el conocimiento de los aspectos cruciales de nuestra memoria, ocultados y distorsionados por los Estados".
En esta línea, hicieron público que son 474 las víctimas de la "represión", donde incluyen a personas muertas por las distintas policías, las organizaciones parapoliciales o de extrema derecha, fallecidos en accidentes de tráfico cuando acudían o volvían de visitar a allegados en prisión o aquellos que murieron "en el exilio".
"Al contrario de lo que remarcan algunas instituciones -señaló Agirre-, las 474 personas muertas y decenas de miles que han sufrido la represión, la cárcel o el exilio sí forman parte del censo del sufrimiento de este país".
Por eso, mostró su "respeto absoluto por todas las víctimas del conflicto", pero desde ese "compromiso nos parece inadmisible que cientos de víctimas mortales del conflicto a cargo del Estado continúen siendo invisibles en el Parlamento". Esperó que las instituciones políticas (el Gobierno Vasco presentó ayer el informe de las otras víctimas) actúen "con responsabilidad" y "empiecen a decir que en el marco de este conflicto ha habido muchas víctimas".
Agirre cree que no se puede hablar sólo "de las ochocientas y pico víctimas causadas por la violencia de ETA. Teniendo en cuenta los datos que ponemos sobre la mesa, habrá que empezar a hablar de más de 1.300 víctimas. Desde ese respeto a la verdad, tendremos un prisma más completo y las consecuencias. Sobre esa base se podrá abordar la resolución política del conflicto".
Agirre delegó en la clase política, de los que algunos como Miren Legorburu (izquierda aberzale) o Koldo Amezketa (EA) estaban presentes, que se haga algo al respecto. Por ejemplo, de cara a una posible Comisión de la Verdad que el vídeo de presentación del acto citó: "El trabajo de la fundación se ciñe a las tareas documentales y divulgativas. No pretendemos contraprogramar a nadie y menos aún a la Comisión del Gobierno Vasco".
El libro llegará a los socios de la fundación entre esta semana y la próxima y también estará a la venta en la Feria de Durango de este próximo fin de semana.
la frase
"No se puede hablar sólo de las 800 víctimas de la violencia de ETA"
Joxean agirre
Coordinador del libro Gernikako seme-alabak
Reuniones "discretas" por la reconciliación
El alcalde de Donostia, Odón Elorza, dijo ayer que se están celebrando en la Casa de la Paz y los Derechos Humanos de la capital guipuzcoana reuniones "con mucha discreción" para analizar la forma de abordar "la reconciliación" cuando acabe la violencia terrorista. Elorza hizo este anuncio en la inauguración del seminario "Participación y Comunicación en la nueva Gobernanza europea", organizado por el Instituto de Gobernanza Democrática, que se celebra ayer y hoy en la Casa de Paz, en el palacio de Aiete. El alcalde explicó que se trata de encuentros entre colectivos y entidades que reflexionan desde "posiciones diversas" sobre "qué bases" debería asentarse "la llamada reconciliación". Elorza añadió que ésta podrá iniciarse "una vez desaparezca el terrorismo y la violencia", y abrirse así "el camino de la normalización y la convivencia en libertad". Elorza, que cree que ETA desaparecerá "porque tiene su tiempo ya contado", destacó que la Casa de la Paz desempeñará entonces, en ese periodo tras el final de la violencia, "un importante papel a nivel cívico y ciudadano".