Río de Janeiro. El cerco a las bandas armadas de narcotraficantes que ha generado el pánico en Río de Janeiro durante los últimos días fue reforzado ayer con 800 soldados del Ejército brasileño con experiencia de combate en áreas urbanas. Los soldados, la mayor parte de los cuales participó en las fuerzas de la ONU que combatieron a las bandas criminales que actuaban en Puerto Príncipe, se posicionaron en los accesos a las favelas de Río, donde se esconden centenares de pistoleros, responsables de una ola de violencia que ha dejado, desde el sábado, 30 muertos y 96 vehículos incendiados.

Además del despliegue de los efectivos del Batallón de Paracaidistas del Ejército, el Ministerio de Defensa autorizó ayer el uso de diez tanquetas blindadas de la Armada (seis ya estaban siendo utilizadas) y tres helicópteros de la Fuerza Aérea.

Los soldados actúan en el perímetro de las favelas de Vila Cruzeiro y el Complejo del Alemán. "Estaremos en un área de conflictos. La misión que recibimos es precisa: otorgar seguridad. Pero estamos con armas y las usaremos si es necesario", afirmó el general Adriano Pereria, que coordina el apoyo militar a las operaciones de la Policía.

unidad Vila Cruzeiro, considerada la favela más peligrosa de Río, fue ocupada ayer por la Policía en una exitosa operación que contó con el apoyo de seis tanquetas blindadas de la Marina de Guerra. Al menos 200 pistoleros que se encontraban en su interior protagonizaron una fuga masiva hacia el Complejo del Alemán, un conjunto de barriadas pobres también controlado por el Comando Vermelho (Comando Rojo), la mayor organización criminal de la ciudad y a la que se le atribuyen los ataques de los últimos días. Tras el éxito del operativo, el gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, decidió pedir más apoyo de las Fuerzas Armadas y fue rápidamente atendido por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

"Nuestro único objetivo es apoyar las operaciones de la policía. La función del Ejército será la de ofrecer protección en el perímetro (de las favelas), es decir la de cercar", afirmó el ministro de Defensa, Nelson Jobim. El ministro agregó que los militares estarán subordinados a la secretaría de Seguridad Pública de Río, que comandará las operaciones de 21.000 policías contra los narcotraficantes.

"Las funciones quedaron muy bien definidas y no hay discusiones sobre el comando", agregó Jobim tras admitir que la posible ayuda militar al combate a la criminalidad en Río en ocasiones anteriores fracasó debido a divergencias en cuanto al mando de las acciones. "Se trata de un día histórico. Las fuerzas armadas y las civiles estamos hermanadas en este desafío. No tengo duda de que el apoyo militar será de enorme importancia para que podamos reconquistar las favelas", dijo Cabral.