vitoria. La familia de Aralar en Álava se vistió ayer de gala para inaugurar oficialmente la sede que la formación ha abierto "en el corazón de la ciudad". Atrás quedaron los tiempos tempestuosos que siguieron a su salida de Batasuna y que se reflejaron en los ataques que sufrieron las diferentes sedes desde las que trabajaban por que este proyecto arraigara en Álava. Ahora, Aralar mira al futuro reivindicando la "influencia" de sus principios con un ojo puesto en el gobierno del territorio y otro en la consecución de la paz.
Eso es al menos lo que destacó ayer su líder, Patxi Zabaleta, que se desplazó hasta Vitoria junto a la secretaria de organización del partido, Rebeka Ubera, para respaldar a Alex Larragoiti y al resto de la Ejecutiva territorial del partido en esta apertura oficiosa de la precampaña.
"Euskal herria está cambiando" Zabaleta situó las perspectivas de futuro de la formación en un presente marcado por la necesidad de combatir la crisis desde planteamientos de izquierdas que tengan en cuenta a los más necesitados de la sociedad, pero también por la esperanza de la paz. Zabaleta recordó que ETA nació "por causas políticas" y por tanto, "tiene que acabar por decisión política y sin ninguna contraprestación". "Nada conseguido a cambio de la paz valdría para nada, ni nosotros mismos lo podríamos aceptar", advirtió ante una posible reactivación de la búsqueda del fin dialogado de la violencia. En este sentido, reivindicó la actualidad de sus principios fundacionales de izquierdas, abertzales y estrictamente civiles, en un momento en el que, según subrayó, "Euskal Herria está cambiando" situándose por fin "en la antesala" de la paz; una coyuntura ante la que pidió a todos los implicados que huyan de tics partidistas y "protagonismos mediáticos", y que no resuciten viejos hábitos como el de usar con fines políticos el dolor de quienes han sufrido el mordisco de la violencia.
influir en el gobierno El calendario señala un importante hito que se cruzará en este camino: el que representan las próximas elecciones. Aralar reconoció ayer sus limitaciones ante esta cita asumiendo que no luchará aún por liderar el gobierno que salga de la próxima cita con las urnas -"nuestro objetivo no es estar en determinados sillones", aseguró Zabaleta-, aunque sí reivindicó el valor de su voto como herramienta "eficaz" para influir en las políticas de quien necesite de sus votos, subrayando que a veces las formaciones políticas son más eficaces cuanto "más libres" tienen las manos para tomar sus decisiones.
En este sentido, Ubera apostó por una política basada en los principios y ajena a cualquier "cambio de cromos"; un discurso apoyado por Larragoiti, que apostó por consolidar a este partido como "referente" dentro de la izquierda abertzale.