Vitoria. El PSE y el PP se conjuraron ayer para blindar el acuerdo de bases que sustenta a Patxi López en Ajuria Enea ante la escalada de declaraciones que está generando el deseable pero aún no materializado fin de la violencia. La comisión de seguimiento del pacto se reunió en el Parlamento Vasco prácticamente con un único fin, reafirmar la voluntad de socialistas y populares de seguir adelante con la política de tolerancia cero y, de paso, pedir a sus direcciones nacionales que no vuelvan a utilizar a ETA como arma arrojadiza para el desgaste mutuo, un tic que ha reaparecido tras muchos meses apartado del campo de batalla político. Toda vez que la pelea en Madrid en nada beneficia a la estabilidad del Gobierno Vasco, tanto PP como PSE se mostraron conciliadores en sus declaraciones y brindaron la imagen de un pacto de hierro inmune a la creciente crispación de las últimas semanas. Ambas formaciones zanjaron la cuestión con una especie de aquí no ha pasado nada, y enviaron además un mensaje al mensajero, achacando a los medios parte de la responsabilidad en el aumento de la temperatura política de las últimas semanas.

El secretario general de los populares vascos, Iñaki Oyarzábal, afirmó que en la reunión se pidió al PSE "prudencia y responsabilidad", y les brindaron su "apoyo responsable" para evitar "discursos que puedan ser malinterpretados y dobles lenguajes en la derrota de ETA".

Según Oyarzábal, el PP vasco se guía por "los hechos" que demuestra el Ejecutivo de López en la lucha contra el terrorismo y no por "el ruido al que hemos asistido en las últimas semanas". Los populares vieron "receptivo" al PSE en su reclamaciones de discreción a los dirigentes socialistas y, sin llegar a desautorizar a Esteban González Pons o a Soraya Sáenz de Santamaría en sus peticiones de destitución de Jesús Eguiguren, marcaron distancias con el PP español.

"No compartimos las declaraciones de Eguiguren, no nos gustan, pero tenemos que actuar aquí con responsabilidad", afirmó Oyarzábal. El PP vasco apuesta así por "poner en valor las cosas que nos unen", y por "no poner en jaque el acuerdo con cada declaración", en un claro mensaje a su dirección nacional. Eso sí, aunque populares y socialistas se comprometen a ser discretos, su postura, al menos pública, no supone una respuesta a la petición del presidente del PNV, Iñigo Urkullu, de firmar un "pacto de silencio" sobre el fin de ETA.

Puede ser cierto o no, pero en todo caso el portavoz parlamentario del PSE, José Antonio Pastor, pidió "sosiego, responsabilidad y mucho sentido común ahora que hay una coincidencia en el País Vasco entre los grandes partidos", y deseó que "este clima llegué más allá de Miranda de Ebro", pues "convertir el tema de ETA en política espectáculo sólo beneficia a los terroristas". Pastor aseguró que no había "nada que rectificar en la reunión porque las líneas que inspiran a este Gobierno Vasco son las mismas de siempre, más allá de campañas mediáticas", y volvió a apelar a la responsabilidad de los políticos de Madrid. "No hemos sacado las cosas de quicio los socialistas y los populares del País Vasco".