Bilbao. Las declaraciones del presidente del PSE, Jesús Eguiguren, acerca de que ETA hará público un comunicado anunciando el cese de su actividad han despertado en los últimos días todo tipo de rumorología y de especulaciones sobre el final de la violencia, alimentadas también por declaraciones previas de otros representantes socialistas. Una espiral que, a juicio del presidente del Euzkadi Buru Batzar del PNV, Iñigo Urkullu, debe cesar, puesto que "no hay elementos sustanciales en la mesa" para concluir que ese final está cerca. Una falta de elementos concluyentes sobre la cuestión de la pacificación que le llevó a ofrecer un pacto de silencio a todas las formaciones políticas para abstraerse del juego de elucubraciones iniciado y para que pueda germinar y dar frutos cualquier paso que "otros" puedan dar -en una referencia implícita a ETA, pero también a la izquierda abertzale oficial-. Porque, aseguró, conjeturar pública y continuamente no ayuda en nada a sentar las bases para un proceso de desaparición de la organización armada.
El líder jeltzale llamó a la cautela, desde la centralidad que le otorga el hecho de ser uno de los interlocutores de la sensibilidad ilegalizada en sus contactos con los partidos y también del Gobierno español, no en vano mantiene contacto directo con el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, y el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Urkullu apeló a reflexionar sobre "toda la vorágine que se está generando en expectativas, ilusiones, entre comillas, sin demasiado fundamento y, quizá, con mucha falta de rigor y de claridad en protagonistas pertenencientes a una misma formación política". Y tras esta referencia velada a lo ocurrido en los últimos días en las filas socialistas, realizó su ofrecimiento: "Ofrecería ese pacto de silencio a todas las formaciones políticas para que nos abstraigamos de este juego, para que lo que no está en nuestras manos y otros tengan que hacer pueda germinar, si es que lo están haciendo, y pueda dar frutos. Si otras formaciones creen que no es éste el camino de un pacto de silencio, yo, como presidente del PNV asumo el compromiso de intentar hablar de pacificación y normalización sobre lo que el partido esté haciendo o vaya a hacer, pero no de interpretaciones de lo que los otros digan o hagan cuando no hay elementos sustanciales en la mesa. La espiral de declaraciones y contradeclaraciones puede ser absolutamente perjudicial; se han hecho declaraciones carentes de todo rigor y atrevidas", explicó en una entrevista en Radio Popular.
"Estamos asistiendo en las últimas horas a una espiral que en nada conduce a sentar las bases fundadas de lo que tiene que ser un proceso de ausencia de violencia definitiva y que, además, sólo compete a una organización terrorista decir hasta aquí he llegado, aquí lo dejo", añadió, para poner la responsabilidad de dejar las armas en las manos de quien realmente la tiene: ETA. "Es ETA la que debe un tiempo definitivo de ausencia de violencia. Nos está faltando la suficiente objetividad para guiarnos por los principios", afirmó.
Respuesta de PSE y PP Los primeros en responder al llamamiento realizado ayer por el líder jeltzalefueron precisamente quienes han protagonizado gran parte de los dimes y diretes de estos días. El PSE y el PP vasco, los socios en el Gobierno vasco, respondieron con cajas destempladas al presidente del EBB.
Los socialistas, por boca de su portavoz, José Antonio Pastor, aplicaron la doble vara de medir para arremeter contra Urkullu acusándole de avivar el fuego de las especulaciones mientras justificaban las palabras de su presidente, Jesús Eguiguren, enmarcándolas en su "optimismo" sobre la situación y en un anhelo irresistible de paz.
Antonio Basagoiti, presidente de los populares en la CAV prefirió arrojar una sombra de duda sobre las verdaderas intenciones del presidente del EBB: "Cuando un político pide pacto de silencio es porque quiere tapar algo". Eso sí, poniendo los mismos paños calientes sobre el presidente del PSE que Pastor: "Es un hombre transparentem que dice las cosas que piensa, pero se equivoca y se equivoca siempre", dijo de él. Pastor -que negó los contactos de su partido con la izquierda abertzale oficial y atribuyó a las noticias sobre ellos a declaraciones del PNV que "buscan meter cizaña"- fue muy áspero en su valoración de lo dicho por Urkullu, tratando de hacer ver que no han sido las palabras de Eguiguren anunciando un comunicado para navidades en el que ETA daría paso al cese de la violencia las que más conjeturas han despertado.
"Habría sido bueno que el pacto de silencio lo hubieran puesto en práctica rkullu y su partido en las últimas semanas, porque no ha habido día en el que no hayamos leído en el blog del señor Urkullu o en declaraciones del señor Ortuzar sobre el tema de ETA que sólo buscaban meter cizaña, meter el dedo en el ojo, enturbiar la vida política, tratar de dejar en mal lugar al Gobierno vasco, al lehendakari o al PSE, o a ambos. Está bien que rectifique. Bienvenido sea, pero un poquito de autocrítica también podía hacer, porque no se puede presentar uno como si fuera el bombero pirómano: primero creo un incendio y, después, me ofrezco a apagarlo", señaló en Telebilbao. Y, en contraste, se mostró enormemente benévolo con Eguiguren: "Tiene una obsesión muy loable de acabar con la violencia de ETA definitivamente en esta tierra. Probablemente, ese deseo que ha guiado su trayectoria política le haga ver incluso más allá de lo que la realidad establece, de forma absolutamente bienintencionada".
Aunque Pastor y Basagoiti traten de quitar hierro a la voz discordante y díscola del presidente del PSE, lo cierto es que el eco de sus palabras aún resuena en Madrid, donde son menos benevolentes. Ayer, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, reclamaba a los barones del PSOE que reprobaran públicamente a Eguiguren.