vitoria. Felipe González atizó el domingo las brasas de los GAL y ayer ninguna formación política desaprovechó la ocasión de echar más leña al fuego de unas sospechas que aún siguen humeantes.
"Tuve que decidir si se volaba a la cúpula de ETA. Dije no y todavía no sé si hice lo correcto", aseguró el ex presidente español en una entrevista. Y desde el PP hasta la izquierda abertzale ilegalizada se alzó la denuncia compartida contra unas palabras que sonaron a la confesión de quien calló mientras la Justicia buscaba responsables y habla ahora amparado en el paso de los años.
Así lo entendió el portavoz del PNV en el Parlamento Vasco, Joseba Egibar, quien vio "un reconocimiento de las responsabilidades" que tuvo en la guerra sucia contra ETA quien, a su juicio, por fin ha "despejado la X de los GAL". De la misma opinión se mostró su compañero Iñaki Gerenabarrena que denunció el "poco respeto por los derechos humanos y por los procedimientos democráticos de un Estado de Derecho" mostrado por González.
"hubo guerra sucia" Pero esta crítica no se quedó en el PNV sino que atravesó discursos y trincheras.
La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, coincidió en que estas declaraciones confirman "que existió una guerra sucia que se llevaba desde el Gobierno" y de la que González fue "el máximo responsable", aunque su presidente de honor, Manuel Fraga, apuntó que "cuanto menos se hable de los GAL, mejor para España".
Como Cospedal, la antigua Batasuna también dio por constatada "la impunidad" con la que actuó el Estado y pidió "a la comunidad internacional y a los tribunales correspondientes que el señor X sea puesto en manos de la Justicia". Una crítica que compartieron también EB, que pidió la intervención de la Fiscalía; EA, que exigió al PSOE que rechace esta "apología" del uso de la violencia; y Aralar, que tildó estas palabras de "extremadamente graves".
Los socialistas cerraron filas en torno a un "hombre de Estado" al que, según su secretario de Organización, Marcelino Iglesias, respetan de forma "muy especial" y que, a su juicio, fue "coherente con la ley".
Sólo CiU tiró un cabo a González al limitarse a afirmar que los GAL "ya se juzgaron", antes de que otro viejo barón del PSOE, José Bono, rematara con toda su intención afirmando que González "fue el mejor jefe del Gobierno de España; de la A a la X".