Vitoria. Ramón Jáuregui se colocó ayer los galones ministeriales para asegurar que la izquierda abertzale no estará en las próximas elecciones municipales y forales. Así de contundente se mostró el nuevo titular de Presidencia, llamado a ser el enlace constante entre Zapatero y Euskadi, quien llevó a la práctica las órdenes de su jefe de filas para acabar con las especulaciones y los debates entre partidos que, por otra parte, ha alimentado el propio líder socialista con sus declaraciones sobre las posibles consecuencias positivas para la ex Batasuna que tendrían sus movimientos en relación a la condena de la violencia y el alejamiento de la doctrina etarra.

Jáuregui no deja lugar a las dudas sobre la postura oficial del Gobierno español y acompaña su nítida visión sobre la ausencia de la izquierda abertzale ilegalizada en las urnas con otra más contundente si cabe: "no estamos ante el final de ETA".

Ante este escenario, la reflexión explicitada por el dirigente vasco en Antena 3 dibuja un camino futuro que presenta como claves la unidad de los "demócratas" y un Gobierno con "la cabeza fría".

Desde la izquierda abertzale hicieron buena la máxima que resta importancia al criterio del marinero cuando el capitán se pronuncia en términos más benévolos. Por esta razón, el dirigente de esta corriente ideológica Santi Kiroga aprovechó una charla ofrecida en la Universidad Pública de Navarra para, obviando el mensaje de Jáuregui, mostrar su agrado ante el cambio de terminología empleado por el presidente del Gobierno a la hora de pronunciarse sobre los pasos en la ex Batasuna y sus consecuencias. "No serán en balde" o "pueden tener consecuencias", son dos pinceladas de las valoraciones del inquilino de La Moncloa sobre los pasos de la izquierda abertzale que gustan a Kiroga, a pesar de que el mismo mensaje exija nuevo pasos "tangibles" y advierta de que los registrados hasta ahora "no son suficientes". El portavoz abertzale opta por dividir la pelota y situar parte en el tejado del Gobierno español para proclamar que los pasos deben llegar de todos los frentes, no de forma unilateral.

respaldo a zapatero La intervención del ministro, en una clara línea continuista a la expresada por Zapatero el martes ante el Senado, no fue la única que siguió la consigna de Ferraz para acabar con los dimes y diretes surgidos a raíz de la visión del Gobierno sobre el futuro de la izquierda abertzale.

El lehendakari, de viaje en Galicia para celebrar el Día de Euskadi en el Xacobeo, rechazó cualquier variación en la política antiterrorista del Ejecutivo español -"no se ha movido ni un ápice y no lo va a hacer"- y mostró su incomprensión ante una "burbuja" creada a base de "elucubraciones y política ficción" en lugar de ceñirse a la "realidad". Pero mientras Patxi López seguía a pies juntillas los postulados de Zapatero, sus propios correligionarios en Euskadi alimentaban el debate. El consejero de Interior del Gobierno Vasco, Rodolfo Ares, valoró que los "radicales abertzales" están teniendo "una situación de tensión y conflicto con ETA" en su intención de volver a la política "de forma legal", aunque los pasos dados hasta ahora por la izquierda abertzale "son insuficientes", por lo que "tienen que seguir tomando decisiones si de verdad quieren hacer política". La voz del Ejecutivo autonómico, Idoia Mendia, por su parte, afirmó que se "vislumbra el final de ETA" aunque precisó que eso no quiere decir que esté "a la vuelta de la esquina". Asimismo, achacó a los medios de comunicación la "burbuja" en torno a tanta declaración encadenada sobre el final de la organización terrorista.

Esta cascada de reacciones socialistas, encabezadas por el propio Zapatero, no han logrado satisfacer la contundencia demandada por el PP, que ve cómo el PSOE "no termina de cerrar la puerta" a la izquierda abertzale. Esta visión, explicitada ayer por la presidenta del Parlamento Vasco, Arantza Quiroga, supone una agitada antesala del encuentro que mañana reunirá a López y Antonio Basagoiti en la ronda de contacto discretos abierta por el lehendakari. En lo que sí coinciden ambos partidos en que la polémica supuesta reunión entre socialistas y dirigentes abertzales ha quedado zanjada, un dato que no exime al lehendakari del deber que le exigen sus socios preferentes para asumir mayor protagonismo ante los movimientos realizados por la izquierda abertzale.

Pero aquí no termina el capítulo de exigencias que Basagoiti trasladará mañana al secretario general de los socialistas vascos. El PP también reclama que los gobiernos vasco y español terminen con "los dobles lenguajes y las ambigüedades" respecto al futuro de Batasuna en las elecciones y los movimientos de la organización terrorista, ya que, a juicio de la bancada conservadora, estas reflexiones lo único que hacen es "generar expectativas y dar oxígeno a ETA".

Respecto a las hipótesis sobre futuros comunicados de la banda armada, los populares tienen claro que el único objetivo de la organización terrorista será "engañar a todo el mundo para colarse en las elecciones municipales".