El ex presidente del Gobierno Felipe González defendió ayer que el narcotráfico y la consecuente violencia no es sólo un problema de México, sino que tienen mucho que ver con Estados Unidos, y consideró que la solución podría pasar por una legalización del consumo de las drogas a nivel internacional. González, que asistió a la recepción organizada por el embajador de México en Madrid con motivo del 200 aniversario de la independencia de su país, hizo especial hincapié en que la violencia que vive el país azteca "no es un problema sólo de México", sino de la comunidad internacional.