Una ventaja que nos gustaría emular en Escocia

Escocia es un país con gran experiencia como inversor en todo el mundo. Pero también somos una nación que ofrece tremendas oportunidades para inversores de todo el mundo.

Esa es la razón por la que estaré hablando de alguna de esas oportunidades con nuestros amigos en el País Vasco, donde nuestros lazos de negocio ya son fuertes y sólidos.

Durante la reciente crisis financiera, el País Vasco resistió bien mientras que el conjunto de España ha sufrido como el resto de Europa. El desempleo en el País Vasco es de aproximadamente un 10%, en línea con la media europea, mientras que en toda España se sitúa en el 19.5%. El modelo económico vasco se caracteriza por poder fijar las políticas que mejor se ajustan a sus propias necesidades - una ventaja que nos gustaría emular en Escocia. Desde luego. Escocia necesita poderes económicos para beneficiarse al máximo de las ventajas naturales que nos han sido dadas, que incluyen vastas fuentes de energías renovables a lo largo de nuestras costas.

Así, durante mi visita de hoy, me gustaría que nuestras dos tierras identificaran maneras de explotar la revolución en energía renovable.

El pasado año, el Parlamento escocés aprobó por unanimidad la Ley de Cambio Climático (Escocia) de 2009, la legislación más avanzada del mundo en este ámbito. La Ley fija metas muy ambiciosas para reducir las emisiones de carbono en nuestro territorio en un 42% para el 2020 y en un 80% en el 2050. La Ley proporciona un marco de certeza para la inversión sobre el futuro bajo en carbono de Escocia. Y aunque nuestras metas en materia de clima sean elevadas, tenemos la capacidad para alcanzarlas.

Escocia tiene una cuarta parte de todos los recursos eólicos de Europa, así como un cuarto del potencial de energía generable utilizando la fluctuación de las mareas marinas y un 10% de los recursos provenientes de la energía del oleaje. Eso significa que tenemos el potencial para utilizar fuentes de energía verde para generar producción excedente. Pero si vamos a materializar ese vasto potencial, necesitaremos desarrollar nuevas infraestructuras masivamente.

Los servicios financieros y el sector de actividades de apoyo a las empresas es de enorme importancia para Escocia. Da empleo a más de 350.000 personas y aporta 19.000 millones de Euros a la economía.(..) En conjunto, nuestro sector gestiona fondos por valor de 518.000 millones de Euros.(...) Pero para que podamos obtener los máximos beneficios, Escocia debería obtener una situación fiscal similar a la que disfruta el País Vasco.

Escocia actualmente sufre enormes recortes a su presupuesto destinados a servicios vitales como resultado de las restricciones impuestas por el Gobierno del Reino Unido. Y mientras tanto nuestro Parlamento nacional tiene poderes extremadamente limitados para contribuir al crecimiento de la economía.

Existen propuestas del Gobierno británico para dar un nuevo paso en la devolución del Impuesto sobre la Renta a Escocia. Pero en mi opinión, y en la de un número creciente de líderes empresariales y expertos fiscales, estas propuestas no bastan. De hecho, son potencialmente dañinas para Escocia ya que crean la ilusión de responsabilidad fiscal cuando, en la realidad, dejan a Escocia más expuesta que nunca a los caprichos de los gobiernos de Londres.

Yo mismo y el Gobierno que encabezo creemos firmemente que Escocia solamente florecerá y alcanzará todo su enorme potencial si obtiene el status de miembro completamente independiente e igual de la Unión Europea. Pero hasta que esa independencia se materialice, necesitamos lograr una total responsabilidad financiera, es decir, que el Parlamento de Escocia sea responsable de recaudar los impuestos que necesite gastar. En este respecto, la vasca es una experiencia que podemos seguir.

En los negocios y materia de gobierno está claro que el País Vasco y Escocia tienen mucho que ofrecerse mutuamente. Por ello, estoy encantado de estar aquí hoy para contribuir a fortalecer nuestra amistad y nuestra cooperación.