Madrid. La escasa contundencia del último comunicado de ETA, en el que anunciaba que suspendía las "acciones armadas ofensivas" pero se quedaba lejos de las expectativas de los partidos políticos y de la izquierda abertzale oficial, llevaron ayer al presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, a advertir de que "hay que desconfiar" de los planes que pueda tener la banda.

El líder socialista agregó que su gabinete "no tiene información cierta de cuáles son las intenciones de ETA", ya que, pese a que obtiene información sobre la banda por otras vías, fue tajante al negar que exista "en absoluto" ningún contacto entre el Ejecutivo español y el grupo armado o alguien en su nombre o que pertenezca a su entorno. "La desconfianza es grande, las pruebas que van a tener que poner encima de la mesa para que la democracia y el Gobierno se convenzan de que van en serio, que van a dejar la violencia, que se acaba, van a ser de gran exigencia", explicó Zapatero en una entrevista a la Cadena Ser. Justificó esta desconfianza en el hecho de que, durante el anterior proceso de paz, ETA perpetró el atentado contra la T-4, provocando dos víctimas mortales.

El presidente del Ejecutivo dijo que "en la memoria de todos los españoles, del Gobierno, de la izquierda abertzale y en la mía, muy profunda, está la T-4, sus víctimas, en pleno proceso de diálogo, por tanto la desconfianza es grande". En el caso de que la banda diera el paso y decretara un final definitivo de la violencia, Zapatero subrayó que lo primero que haría sería buscar una respuesta unánime y compartida de todas las fuerzas democráticas, igual que ante el último comunicado, que se hizo público el pasado domingo.

Aunque admitió que ante ETA el Gobierno español "debe considerar todas las hipótesis y tener un plan B, incluso un plan C", pidió, "por prudencia, no adelantar acontecimientos" ni hacer comentarios sobre qué pasos habría que dar. No obstante, insistió en que lo único que debe hacer la organización es "dejar las armas".

Respecto al comunicado de la semana pasada, el presidente español valoró que ETA ha parado los atentados "en parte porque no puede más y en parte por la izquierda abertzale, que le está pidiendo que acabe ya". El presidente español valoró que, para llegar a ese punto, "ayudaría mucho" que ETA cumpliera con la condición de que "se tiene que acabar, para siempre". En su opinión, el actual escenario tendrá que "sustanciarse antes o después con el final de la violencia".