Madrid. El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, admitió ayer ante la dirección de su partido que tiene "preferencias" en las elecciones primarias que se disputarán en el PSM, pero subrayó que él no se juega nada en el proceso que enfrenta a la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, con el líder del PSM, Tomás Gómez.

Según fuentes socialistas, durante la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE celebrada ayer a la mañana, varios dirigentes avisaron de que una parte de la prensa y de la sociedad está presentando las primarias como un proceso en el que lo que está en cuestión es la autoridad de Zapatero, a lo que éste replicó que él no se juega nada en este proceso.

Eso sí, el presidente, que ha respaldado públicamente a Jiménez, reconoció ante los suyos que él tiene opinión en esta contienda. "Todo el mundo sabe mis preferencias", afirmó, añadiendo que si las tiene es precisamente por responsabilidad y "por su compromiso con buscar lo mejor para el PSOE".

Zapatero confió en que los candidatos enfoquen su debate de cara a las primarias en los ciudadanos y en sus necesidades y a la Ejecutiva Federal le pidió "contención y responsabilidad en todo el proceso".

Además, dejó claro que, una vez que pase la votación, el 3 de octubre, "el partido debe estar unido y sin fisuras apoyando al ganador, que será el candidato de todo el PSOE". Zapatero recordó además a la dirección que debe actuar como "garante", según explicó en la rueda posterior la secretaria de Organización, Leire Pajín. La número tres del PSOE se mostró muy molesta por las acusaciones de los partidarios de Gómez calificando de pucherazo la posibilidad de que se pueda dar voto a los afiliados de Móstoles (afines a Jiménez), pese a que su localidad lleva casi dos años disuelta. Pajín replicó que en el PSOE no hay "pucherazos". >agencias