bilbao. Para Iñigo Urkullu es la clave para que la nueva apuesta de este sector tenga credibilidad y no se repitan los fracasos del pasado. Al menos así lo aseguró ayer el burukide en una entrevista en Radio Euskadi, en la que hizo su diagnóstico particular en una semana marcada por el rebrote de la kale borroka.
Y es que, según Urkullu, la izquierda abertzale ilegalizada vive en estos momentos una situación bastante delicada. Y una respuesta distanciándose de la organización armada ayudaría, al menos así lo aseguró el dirigente del PNV: "Ese mundo se va viendo emplazado a decir claramente a ETA lo que se resiste a decirle, lo que históricamente otros han dicho. Lo que otros hemos pasado, siendo tachados de traidores en supuestos postulados ideológicos, también lo van a tener que soportar los miembros de la autodenominada izquierda abertzale que quieren hacer política".
El presidente del EBB dibujó dos mundos dentro del MLNV. Uno, el que quiere hacer política y se manifiesta diciendo que su apuesta es por las vías políticas, pacíficas y democráticas, "el mundo que dice que quienes están detrás de estos actos de violencia callejera se sitúan fuera de esa estrategia política", y del que dijo no dudar sobre que su única apuesta es la estrictamente política. El otro mundo, según indicó, tiene una decisión, que es la de seguir con la dinámica de los últimos cuarenta años. "Ante ellos es ante quienes, quien quiere hacer política, se tiene que manifestar. No puede contar con paraguas de los demás. Ha llegado el tiempo para que ese mundo tome la determinación que tiene que tomar y se pronuncie como se tiene que pronunciar", aseveró el presidente del Euzkadi Buru Batzar.
Urkullu reconoció que su formación mantiene un contacto más o menos fluido con representantes de "ese mundo que quiere hacer política en esa autodenominada izquierda abertzale". Pero también admitió que hasta el momento esos mismos representantes no le han trasmitido "confianza". Según indicó, el PNV ha insistido en decir claramente a la izquierda ilegalizada que "no podemos vivir con la espada de Damocles de una pretendida tutela de una organización terrorista".
No fue Urkullu el único representante político que ayer se refirió a los últimos ataques de kale borroka. También Eusko Alkartasuna se pronunció en torno al rebrote, en este caso, y una vez más, para ratificar que la apuesta por la acumulación de fuerzas con la izquierda abertzale sigue vigente. "EA, una vez más, se va a posicionar en contra de cualquier acción violenta, venga de donde venga, porque sólo a través de las vías políticas, civiles y pacíficas, se alcanzará la normalización política de Euskal Herria, tal y como se manifiesta en el documento Bases de un acuerdo estratégico entre fuerzas independentistas", afirmó la formación en un comunicado.
de la vega contradice a ares Por otro lado, la vicepresidenta y portavoz del Gobierno central María Teresa Fernández de la Vega contradijo ayer las afirmaciones del consejero de Interior, Rodolfo Ares, quien tras unos primeros días de confusión confirmó que los incidentes de los últimos días suponen la reaparición de la violencia callejera en Euskadi. "No hay ningún resurgir de la kale borroka", afirmó De la Vega, quien afirmó que la política del Ejecutivo con respecto al terrorismo no ha cambiado.
"Las reglas de la democracia en este tema son claras, respeto a la ley, se está en la legalidad o se está fuera de la legalidad", argumentó, para añadir que, en este asunto "no hay medias tintas, no hay atajos, no hay puertas abiertas, no hay puertas falsas". La vicepresidenta insistió en que "o se está en la legalidad o no", y afirmó que el Gobierno no renunciará a "una política que está dando resultados efectivos".