kabúl. Un total de 1.271 civiles murieron a causa del conflicto afgano en el primer semestre de 2010, según lo que indica el informe difundido por la misión UNAMA de la ONU, que atribuyó la mayoría de las muertes a la insurgencia. La cifra representa un aumento del 21% de los decesos respecto a las que se registraron entre la población en el mismo período de 2009. "En términos humanos, durante los últimos seis meses, 3.268 civiles han muerto o resultado heridos en este conflicto", afirmó el jefe de la misión de la ONU en Afganistán, Staffan de Mistura, en la rueda de prensa de presentación del informe.
Los talibanes y otros grupos insurgentes mataron a 920 personas (el 72%), mientras que las tropas afganas e internacionales acabaron con las vidas de 223 civiles (18%), las otras 128 muertes no fueron esclarecidas.
De las muertes atribuidas a los insurgentes, al menos 374 personas perdieron la vida por explosiones de artefactos, mientras que 183 perecieron en ataques suicidas y otras tantas en asesinatos. Los insurgentes recurrieron más al empleo de artefactos explosivos, "más grandes y más sofisticados", dijo la UNAMA.
Según el informe, en el primer semestre del año aumentó un 55% el número de niños muertos o heridos a manos de los insurgentes, a quienes la UNAMA pidió que retiren "todas las órdenes o llamamientos al asesinato de civiles".
En contraste, bajaron un 29% respecto al primer semestre de 2009 las muertes entre la población atribuidas a las tropas extranjeras y afganas, según la UNAMA, que atribuyó el descenso a la aplicación progresiva de las directivas tácticas de la ISAF para reducir las bajas civiles.
Aunque los bombardeos aéreos siguieron siendo la principal causa de muertes atribuidas a las tropas internacionales en el semestre pasado, con 69 fallecidos, supone una disminución del 64% respecto al dato equivalente de 2009.
En un comunicado, la ISAF aseguró hoy que los datos de la UNAMA van en la línea de sus propios cálculos, y recordó que Petraeus ya apostó en su nueva directiva táctica, del primero de agosto, por reducir las víctimas civiles hasta llegar a "un mínimo absoluto".