vitoria. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, desautorizó ayer al presidente del PSE-EE, Jesús Eguiguren, en quien confió como interlocutor del Gobierno con ETA durante el último proceso de paz. Desde entonces ha llovido mucho y las palabras del dirigente guipuzcoano advirtiendo de que la ilegalización de Batasuna puede ser "contraproducente" en el futuro, no sólo fueron desoídas por el titular de Interior, sino también censuradas. Eguiguren está "profundamente equivocado", aseveró.

El otro mensaje que quedó en cierta medida relegado a un segundo plano fue la contundencia y autoridad con la que Rubalcaba afirmó que "ni el Gobierno español ni el vasco" modificarán su política contra ETA. Una declaración que refleja quién manda en el Gobierno Vasco o, cuando menos, la total sintonía existente entre Rubalcaba y Ares en materia antiterrorista.

Tratando de suavizar sus palabras sobre Eguiguren, Rubalcaba señaló que "suele tener buenas ideas", pero "ésta de hoy no es buena". Y el Gobierno español "no va a ir por donde él dice", zanjó, en alusión al planteamiento del presidente del PSE-EE de "incentivar e impulsar la evolución de la izquierda radical" para "ayudar" a que la tregua implícita de ETA se convierta en "el abandono definitivo de las armas".

Rubalcaba quiso dejar claro que tiene un "gran aprecio personal" por Eguiguren. "Sus ideas siempre me parecen interesantes, las estudio y las valoro", insistió. Sin embargo, explicó que "en este caso" está en "completo desacuerdo" con lo que propone su compañero de partido. "Vamos a mantener la política que hemos dicho los dos gobiernos", apostilló. Lo cierto es que el titular de Interior viene reiterando que la apuesta del Gobierno central es combatir a ETA con los instrumentos del estado de derecho (Ley de Partidos) y la vía policial. Una estrategia antiterrorista que el consejero de Interior, Rodolfo Ares, defiende a capa y espada. Sin embargo, en las filas del PSE hay discrepancias, ya que los socialistas vascos podrían estar dejando escapar la oportunidad de liderar el final de ETA, tal y como cree Eguiguren.

Rubalcaba recordó ayer que si la "ilegalizada Batasuna" quiere volver a presentarse a unas elecciones tiene "dos opciones, dos y sólo dos": "o consigue convencer a ETA de que deje definitivamente las armas, de que abandone irreversiblemente la violencia; o rompe fehacientemente con ETA". Por lo tanto, Rubalcaba considera que "el trabajo le corresponde a la ilegalizada Batasuna, no al Estado".

Al ser preguntado si el Gobierno va a seguir trabajando en la línea de la derrota policial contra ETA, explicó que no van a modificar "un ápice, ni el Gobierno de España, ni el Gobierno Vasco" la política que están llevando a cabo hasta ahora contra la banda terrorista. "Vamos a mantener exactamente la misma política que seguimos manteniendo", concluyó. e.p./j.g.l.