Jerusalén. El enviado de EEUU, George Mitchell, trata de impedir que el asalto a la Flotilla de la Libertad afecte a las negociaciones indirectas israelo-palestinas, a la espera de que un nuevo barco con ayuda humanitaria llegue a las costas de Gaza. "Las conversaciones deben continuar a pesar del ataque", afirmó ayer Mitchell, que el miércoles llegó a la región para salvaguardar ese incipiente proceso negociador de la crisis creada el lunes por el abordaje militar israelí a la flotilla internacional que pretendía romper el bloqueo de Israel y llevar ayuda humanitaria a Gaza.
El enviado norteamericano, que hizo esa declaración en Belén, se entrevistará hoy en Jerusalén con el primer ministro Benjamín Netanyahu, tras reunirse el miércoles con el presidente palestino, Mahmud Abas. "Las recientes dificultades nos recuerdan la urgencia y la importancia del objetivo que nos hemos fijado", subrayó también el enviado al ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, en una reunión que celebraron ayer en Tel Aviv, previa a su cita de hoy con Netanyahu.
Nueves personas murieron y decenas resultaron heridas cuando comandos israelíes tomaron por la fuerza los seis buques de la expedición humanitaria que se dirigía a la franja de Gaza para romper el bloqueo impuesto por Israel.
Según las autoridades israelíes, con la excepción de dos ó tres heridos cuya gravedad desaconseja su traslado, los últimos 500 activistas de la flotilla que continuaban en Israel abandonaron el miércoles por la noche este país en seis aviones fletados por el Gobierno turco.
Fuentes del Ministerio israelí de Exteriores rechazaron de esta forma las reclamaciones de la ONG islamista turca Fundación de Ayuda Humanitaria (IHH), uno de los organizadores de la flotilla, de que de los 38 heridos sólo 21 han regresado a Turquía, y de que aún hay tres activistas desaparecidos y que podrían haber muerto. "No hay ningún desaparecido", aseguraron las fuentes.
En su entrevista con Abas, Mitchell ya había expresado que el abordaje militar israelí "refleja la importancia" de seguir con las conversaciones indirectas de paz. Sin hablar de las negociaciones, el líder palestino insistió por su parte en que "no va a aceptar que el proceso de paz se convierta en una fórmula para eludir la paz y los compromisos que exige". "El primer paso hacia la paz es una completa paralización de la construcción en los asentamientos (judíos en suelo palestino), sin condiciones, y el levantamiento del asedio a Gaza y Jerusalén, a nuestras ciudades y pueblos", señaló.
En el enrarecido ambiente por el ataque a la flotilla, Abás visitará Washington la semana que viene para entrevistarse con el presidente norteamericano, Barack Obama, que demanda a Israel una investigación imparcial y transparente sobre el sangriento abordaje.
La investigación sobre el asalto es ahora el centro del debate político en Israel, donde el ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, se inclina porque la haga una comisión pública con juristas israelíes a la que podría ser invitado un observador internacional.