La presidenta del Tribunal Constitucional (TC), María Emilia Casas, ha pedido respeto a la institución que preside ante lo que ha calificado como una "desproporcionada e intolerable campaña de desprestigio emprendida desde ciertos sectores políticos y mediáticos". A su juicio cabe la crítica "razonada y razonable" hacia las resoluciones del TC, pero lo que en modo alguno puede aceptarse es la crítica "interesada e irracional". "Siempre he pedido respeto a la alta función que ejerce. Ahora, y debido a la desproporcionada e intolerable campaña de desprestigio emprendida desde ciertos sectores, sólo me cabe una vez más hacer un llamamiento al respeto de la Institución y de las personas que allí desempeñan el ejercicio de la jurisdicción constitucional", dijo la presidenta del TC. A esto respondía ayer el presidente de la Generalitat Catalana, José Montilla, diciendo que el Constitucional "debería ayudar a que se le respetase". El mandatario catalán aseguró que él siempre ha sido muy respetuoso con el TC como institución, aunque agregó: "Una cosa es la institución, y otra, los comportamientos y la situación de algunos de sus miembros", en relación a los cuatro cuyo mandato expiró en 2007.