Vitoria. El Gobierno Vasco está convencido de que los diez días que restan para finiquitar el plazo de alegaciones del reformulado Plan de Educación para la Paz serán suficientes en su intento por sumar el apoyo jeltzale a esta iniciativa, aunque asumen deberá haber cambios para lograrlo. Un mensaje optimista que basa en el "margen" de negociación que atisba después de que el PNV reiterase en su Ejecutiva del lunes los tres ejes "irrenunciables" que pretende incorporar al texto definitivo.
Y es que en Lakua la sensación predominante es que las divergencias que hasta ahora han alejado una postura común responden más a las formas que al fondo, donde la sintonía es patente dado el origen del plan de paz: la Ley de Víctimas aprobada en el Parlamento Vasco con el respaldo de todos los grupos salvo EHAK.
Con estos mimbres, el camino que resta por desbrozar ofrece una visión optimista desde la perspectiva del Ejecutivo. Para empezar, el "adoctrinamiento" de los alumnos en la defensa del modelo constitucional que constatan los nacionalistas como primer escollo, es el que presenta una solución más sencilla, según fuentes del Gabinete López. "Es cuestión de literatura", apuntan estas mismas fuentes que auguran modificaciones para poner el acento en la reivindicación de los Derechos Humanos como un ejemplo que podría franquear el filtro jeltzale.
El segundo punto de desencuentro obedece a la forma en la que se plasma el testimonio de las víctimas en las aulas, donde el PNV reclama que se tenga en cuenta, entre otras, las voces del ámbito educativo. Un paso importante en este sentido se dará mañana mismo, cuando el Consejo Escolar consensúe su valoración del plan y, posteriormente, remita al Gobierno Vasco las alegaciones pertinentes.
Y como tercer escollo aparece el carácter "integral" que demandan los jeltzales, donde puede haber un mayor enfrentamiento ante el deseo explicitado por los socialistas de situar en un plano destacado la deslegitimación del terrorismo.
De momento, y una vez reiteradas sus demandas, el PNV deja la pelota en manos del Gobierno Vasco y niega la previsión de ningún contacto previsto a este respecto. La espera no durará mucho, según anunció ayer la portavoz del Ejecutivo, Idoia Mendia, a pesar de aún no exista fecha concreta para el encuentro entre ambas delegaciones. La dirigente socialista afirmó que ya ha hecho llegar a Sabin Etxea la disposición del Gobierno a modificar el borrador, cambios que en ningún caso alterarán "el espíritu" de la iniciativa, lo que evitará, según el Ejecutivo, que los aliados ya embarcados en este proyecto -PP y UPyD- corrijan su rumbo.
continuidad del plan vigente En la misma línea de lo expuesto tras la reunión del Euzkadi Buru Batzar, el parlamentario Iñigo Iturrate reiteró ayer las condiciones de su partido para respaldar el plan en la Cámara vasca, entre las que recalcó que "quede claro" que el actual plan "queda vigente". De lo contrario, aseguró, no habrá ninguna posibilidad de acuerdo con los socialistas. La pretensión del PNV es que el Gobierno Vasco presente un texto "refundido" que recoja la esencia de ambos proyectos.
Además de las intervenciones políticas, nueve asociaciones de víctimas del terrorismo también hicieron oír su voz a través de un comunicado en el que instan a los partidos a consensuar el texto del plan presentado por el Gabinete socialista "con el mismo espíritu que presidió el debate" de la Ley de Víctimas.
Asimismo, este colectivo destaca que las modificaciones incluidas en la reformulación del documento "constituyen peticiones que siempre hemos realizado" a la Administración.