Vitoria. A pesar de que hace ya dos semanas que el Gobierno Vasco anunció los planes que tiene para "reformular" el Plan de Educación para la Paz y los Derechos Humanos, éstos no han sido explicados aún a la mayoría de las organizaciones que están más directamente afectadas por el giro que el Departamento de Educación pretende dar a esta herramienta creada por el Ejecutivo tripartito para fomentar entre los jóvenes la educación en valores de paz.
Así lo expresan tanto las asociaciones de padres y alumnos, como las propias federaciones de centros educativos consultadas por este periódico, que matizan, eso sí, que la llegada de las vacaciones de Semana Santa que comparten políticos y escolares ha podido ser un obstáculo añadido para que el Departamento que dirige Isabel Celaá se haya puesto en contacto con ellas, y que piden tiempo para analizar los pormenores de una reforma que afecta a una materia tan sensible como la educación de los escolares vascos, aunque algunos ya señalan que los cambios parecen pensados simplemente para proyectar sobre este ámbito los contenidos del pacto de PP y PSE.
Actualmente, todos los organismos afectados por esta remodelación conocen los contenidos de la reformulación que propone el Gobierno Vasco pero, como lamenta la Confederación de Ikastolas, el Ejecutivo apenas les envió un breve escrito "la víspera de que empezaran las vacaciones", y después de que hubieran tenido que enterarse por la prensa como, añaden, se está convirtiendo en la norma del Departamento.
falta de concreción "Todos estamos a favor de que se eduque en valores de paz, pero necesitamos saber cómo se quiere hacer". Así se expresan portavoces de la Federación de Asociaciones de Padres y Alumnos de la escuela pública alavesa, Denon Eskola, que ya han pedido por dos veces a Educación que les explique cómo se quieren aplicar esos cambios sobre el terreno. De igual modo, la FAPACNE, que agrupa a padres de alumnos matriculados en centros religiosos, pide también cautela, ya que cuenta sólo con esbozos del plan que espera debatir con Educación tras el periodo vacacional.
Ante esta falta de concreción, las plataformas de padres y alumnos echan de menos saber, por ejemplo, si la presencia de las víctimas en las aulas será obligatoria u opcional para cada centro; cómo se controlará la actitud de los docentes -a los que el nuevo plan exigirá que "tomen una posición clara y firme contra la violencia de ETA"-; en qué asignatura se impartirán las charlas con las víctimas; durante cuánto tiempo; o con la participación de qué víctimas, sólo las causadas por ETA, o también las que han sufrido otras formas de violencia, como en el plan original.
en busca del consenso Precisamente desde el ámbito político se pronunciaron ayer cuatro de los portavoces de los partidos presentes en el Parlamento Vasco.
Los de PNV y PSE pusieron el acento en la búsqueda del consenso; el jeltzale, Josu Erkoreka, con "la comunidad educativa", el socialista, José Antonio Pastor, con las "fuerzas políticas democráticas".
Mientras, el del PP, Iñaki Oyarzábal, prefirió poner el acento en el impulso político de las instituciones que, a su juicio, deberán "pelear" para acabar con el "ambiente irrespirable" que aprecia en algunos centros en los que, según afirmó ayer, muchos docentes han utilizado la escuela como centro de "adoctrinamiento ideológico"; una lectura ante la que EB marcó distancias a través de su portavoz, Mikel Arana, quien subrayó que el profesorado vasco, "salvo raras excepciones, siempre ha estado y estará comprometido" con los derechos humanos, por lo que reclamarle una "implicación mayor" en la deslegitimación del terrorismo no pasa de ser "un juicio de valor sin fundamento objetivo".