El Tribunal Constitucional de Corea del Sur consideró ayer legal la aplicación de la pena de muerte en este país, en un fallo duramente criticado por los activistas pro derechos humanos y asociaciones religiosas. Desde hace doce años existe una moratoria oficiosa en Corea del Sur para la aplicación de la pena capital, aunque los tribunales siguen emitiendo esas condenas y en la actualidad hasta 59 presos están sentenciados al máximo castigo legal en las cárceles del país. La sentencia, similar al fallo anterior, fue aprobada por la mínima: cinco votos a favor y cuatro en contra de los magistrados de la alta Corte surcoreana.