madrid. La dirección regional del PP de Cataluña ha obligado a uno de sus concejales en el Ayuntamiento de Mataró, Juan Carlos Ferrando, a presentar la dimisión tras conocerse que hizo de intermediario entre un cliente de su gestoría y el ayuntamiento para intentar abrir un local de alterne en la ciudad. Ferrando, en una comparecencia pública, explicó que abandona su cargo para evitar entrar en un debate "improcedente" y por "respeto a su partido", sobre todo en estos momentos en que la instalación de dos grandes prostíbulos en Mataró está causando un fuerte impacto social. La mediación de Ferrando para obtener la autorización se remonta al pasado noviembre, cuando un cliente de su gestoría le pidió que recabara información sobre si era posible abrir un burdel en una zona cercana a Laia l"Arquera de Mataró.

Ferrando explicó que se puso en contacto con la concejala responsable de Licencias, Alicia Romero (PSC), para hablar del caso pero que las gestiones no fueron "más allá". "Fue una conversación privada, pero allí acabó todo porque el resultado no fue satisfactorio, puesto que los usos del espacio no permiten la apertura de un local de este tipo", explicaba.

Las consecuencias políticas de esta actuación se conocieron el viernes a la noche cuando la dirección local del PP se reunió con el concejal para pedirle la dimisión. Juan Carlos Ferrando explicó que "lo mejor para el partido es que me marche", y acusó al gobierno de Mataró (en manos de los socialistas) de aprovecharse de este asunto.

Según el edil, "es inaceptable que hagan chantaje al PP cuando hay dos miembros (del consistorio) que están involucrados en un presunto delito urbanístico y no dimiten".

Ferrando pidió disculpas a su partido, aunque insistió en que su acto formaba parte sólo de su trabajo. "Vivimos en una sociedad plural y tengo que dar respuestas también a mis clientes", subrayó.

Fuentes de la dirección del PP catalán consultadas precisaron que Ferrando no ha opuesto resistencia a dejar su acta de regidor y justificaron su relevo porque estas gestiones son contradictorias con la oposición del PP a la apertura de prostíbulos en la ciudad.