El programa nuclear iraní volvió a convertirse en el protagonista de la Conferencia de Seguridad de Múnich y desplazó ayer a un segundo plano el tema central de la primera jornada de debates, dedicada a la seguridad energética y del suministro de materias primas. Mientras, en el mismo encuentro, el ministro de Asuntos Exteriores de Pekín reclamó su papel de superpotencia, "somos un quinto de la humanidad. China merece ser escuchada", aseguró.