leitza. Los vecinos de Leitza amanecieron ayer sobresaltados con el ruido de los helicópteros que sobrevolaban la localidad. Apenas había información sobre lo acontecido durante la madrugada, pero la abundante presencia de periodistas, cámaras de televisión y vehículos de La Benemérita confirmaban los rumores de que "algo había pasado en el cuartel de la Guardia Civil".

Como sucede en estos casos, la mayoría de los vecinos respondían a las preguntas de los periodistas con tímidos, "no hemos visto nada", pero en pequeños corrillos se pudieron escuchar testimonios de personas que habían oído algo. "A eso de las 1.30 horas estaba viendo la televisión y he escuchado un petardazo. Pensaba que era alguien que estaba de juerga y he salido al balcón para ver quién era, pero no he visto nada", comentaba un hombre que vive a escasos 200 metros de la casa cuartel Maxurrenea.

Parecidas fueron las declaraciones de un joven residente de la calle Elgoyen que afirmó haber escuchado desde su casa "algo parecido a un cohete ". "Estaba en el sofá y no pensé que pudiera ser un tiroteo", manifestó.

Más cerca aún, justo frente a Maxurrenea, se encuentra la vivienda de la mujer que aseguró no haberse enterado de nada. "Mi casa da a la parte de atrás del cuartel y no hemos oído nada; seguramente se habrá escuchado desde el otro lado", indicó. En las primeras horas de la mañana, la confusión y las interrogantes se adueñaron de este pueblo de escasos 3.000 habitantes. Los periodistas intentaban recabar información y captar imágenes, mientras que los agentes de La Benemérita intentaban encontrar pistas y huellas que les permitiera esclarecer los hechos.

Algunos guardias civiles interrogaban a los vecinos de la casas colindantes y otros centraban sus esfuerzos en rastrear la ladera en la que supuestamente se habría producido el tiroteo. Los cámaras y fotógrafos ascendían al monte para captar imágenes. Al final todo quedó en una falsa alarma, aunque el pueblo tardó en recuperar la normalidad.