o ha acabado todavía junio, es cierto, y queda un mundo por delante para armar equipos competitivos, tanto en fútbol como en baloncesto. Sin embargo, uno percibe ya cierta ansiedad entre los aficionados albiazules y baskonistas, los mismos que necesitan algún gancho para regresar con ánimos renovados a Mendizorroza y al Buesa Arena, respectivamente. Son tiempos duros a nivel económico y puede que no sobre el dinero para resolver todas las necesidades, pero Josean Querejeta es el primer consciente de que necesita ilusionar al personal. Al margen de los proyectos extradeportivos que posibilitarán el crecimiento patrimonial del grupo Baskonia-Alavés, la gente quiere sobre todo fichajes con cierto punch. Especialmente duros están siendo los últimos tiempos entre la parroquia azulgrana. Perder de la noche a la mañana a Vildoza, Henry, Polonara y puede que Giedraitis es un golpe duro de asimilar por mucho que Alfredo Salazar pueda volver a sacarse conejos de la chistera. Costello no sacia, de momento, los paladares más exigentes. Y en fútbol, Toni Moya, Carlos Isaac y Taichi Hara son insuficientes para no reeditar los apuros de cursos anteriores. Además, ya se sabe que algún nombre de campanillas ayuda a relanzar la campaña de abonados.