n portavoz de la Comisión Europea recordaba ayer que el recientemente publicado Informe sobre el Estado de Derecho de 2020 subrayaba “la importancia de reducir la influencia del Poder Legislativo o Ejecutivo sobre el Poder Judicial a fin de fortalecer la independencia judicial”. No sé si la chavalería sigue estudiando esto o las sucesivas reformas educativas han conseguido también laminarlo, pero a fin de cuentas y resumidamente estamos hablando del amigo Montesquieu... Ilustración, caída del Antiguo Régimen -qué importante es la Historia y la Filosofía, qué poco tiempo les dedicamos y qué bien les viene a algunos-. La coda bruselense dirigida al Estado español viene a cuento de la reforma planteada por PSOE y Unidas Podemos para rebajar a mayoría absoluta los votos necesarios para que las Cortes elijan a los 12 miembros del CGPJ que les corresponde y sortear así la capacidad de bloqueo que a día de hoy tiene el PP. El órgano de gobierno de los jueces lleva dos años en funciones. Y no sé hasta qué punto la preocupación de unos y otros está en la institución judicial, en la defensa de su buen funcionamiento como garantía del Estado de Derecho, o en la enésima escaramuza de siglas, esta vez con campo de batalla del CGPJ.