a orientación sexual es la segunda causa del creciente número de delitos de odio que se producen en Euskadi. El pasado año, se denunciaron en la CAV cincuenta agresiones cuya motivación era la orientación e identidad sexual de las víctimas, según el Informe de incidentes de odio de Euskadi 2020 elaborado por el Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco. En la Euskadi próspera, culta y democrática del siglo XXI, sigue habiendo preocupantes síntomas de intolerancia, discriminación, desigualdad y odio debidos a la identidad o la orientación sexual de personas o colectivos. Son actitudes inadmisibles en nuestra sociedad pero que lamentablemente se repiten con cierta frecuencia y, de hecho, los grupos implicados denuncian que están aumentando. Solo en este mes de junio, se han hecho públicos -aunque a buen seguro habrá más que no se denuncian- varios episodios graves de homofobia y transfobia, como la agresión al joven Ekain en Basauri -protagonizada, además, por un grupo de adolescentes-, el ataque del mismo signo sufrido por dos personas en Amorebieta y las pintadas contra una bandera LGTBIQ+ que cubre una de las paredes de una ikastola en Gasteiz. En este contexto se celebra hoy el denominado Día del Orgullo que recuerda, precisamente, las agresiones y discriminaciones que históricamente ha sufrido este colectivo, como la redada policial que tuvo lugar en Stonewall el 28 de junio de 1969 y que provocó graves disturbios que, por otra parte, dieron visibilidad a las reivindicaciones del mundo gay y fueron el detonante de la extensión internacional de la lucha por sus derechos. Aunque se ha avanzado mucho en el reconocimiento de derechos y en favor de la igualdad y la no discriminación -con Euskadi a la cabeza en el Estado-, continúa siendo necesario ahondar, como sociedad, en el absoluto respeto a la identidad y orientación sexual de todas las personas. Sobre todo, porque las amenazas y los obstáculos de diverso tipo están aún muy presentes. La intolerable beligerancia fóbica de la ultraderecha en toda Europa, y también en el Estado, contra todo avance hacia el reconocimiento pleno de las personas LGTBIQ+, y de la que se ha contagiado la teórica derecha moderada del PP en sus vergonzantes pactos con Vox, muestran que es urgente la extensión y blindaje de los derechos de estos colectivos, por justicia, ética e higiene democráticas.