n mi caminar por esta columna a veces he tenido conversaciones de calle en las que he escuchado críticas o elogios sobre las ideas vertidas en la misma, pero al hilo del último artículo sobre mi deseo de investigar el gas en Araba es la primera vez que me han criticado en twitter, tampoco una exageración, no voy a ser narcisista. Incluso alguien ha definido el medio en el que escribo, DNA, como hoja parroquial. El desvirgue me ha hecho pensar que, tras mi pretensión de divertirme y comentar con afán crítico mi modo de ver las cosas, eso sí, molestatzen, nunca había buscado más allá de contrastar, siempre con ironía por medio, en conversaciones tabernarias o chats de wasap con interlocutor identificado.

No obstante, en agradecimiento a la novedad de esa gente atrincherada en redes sociales criticando mis pensamientos, y dado que está próxima la fecha de los reyes magos, a los que soy muy de pedirles cosas, he pensado que la mejor manera de mostrar mi cariño por mis críticos sea solicitar lo mejor para ellos. Así, para quienes tienen prisa por descarbonizar y no quieren que se indague en la posibilidad de gas en Araba, voy a pedir que les traigan coches eléctricos de los actuales, de los que debido al gasto energético derivado de la construcción de sus baterías, igualarán en solo 7 años de andar por carreteras la huella de carbono de la sola fabricación de un coche diésel.

Para quien critica, sin argumentación y seguramente sin haberlo leído casi nunca, un medio de comunicación como DNA, les pediré a sus majestades que le traigan gafas de las de aprender a leer varios medios y opiniones, y así, aunque quizás no sepa qué significa eso, sintetizar la información para conformar ideas propias más allá de titulares y frases hechas. Y como mi anhelo y el suyo es el de un mundo mejor cuanto antes, todo esto no se lo pido a sus mágicas majestades como deseo, se lo ruego con ansia.