Será porque tiendo a empatizar con el que recibe las hostias, pero a mí La familia de la tele no me parece tan terrible, o no más que ese meloso, sobreactuado y aburrido DCorazón (con casi la misma familia, por cierto), que se ha empeñado en esta etapa en parecerse a la época más casposa de Cine de barrio (ya solo les falta el del piano) o que aquello otro que pusieron antes con Jordi González que nadie vio y hasta yo tengo que hacer esfuerzos por recordar cómo se llamaba (La plaza de La 1).
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Aunque hay gente de esa familia de la tele, es verdad, que tiene difícil encaje en la tele pública (la criba no ha sido muy exigente), son como una secta a la que cuesta entrar al núcleo duro pero no perdonan que un día salgas. Descorazonador resulta ver a Aitor Albizua e Inés Hernand esforzándose por ser adoptados por Esteban y Patiño, mientras ellas les miran como a esos primos lejanos que se plantan en casa reclamando cena y cama. Pero lo que no perdonan es que una vez estén dentro nadie se vaya, y siguen linchando a Paz Padilla, Rosa Benito, Terelu Campos... Pero el bullying como divertimento tiene mal encaje y aún peor en el patio de un cole público.
No fue difícil empatizar con los de Sálvame cuando les echaron de la escuela privada que es Tele 5 y (tras el quiero y no puedo de Netflix) se buscaron un miniplató para sobrevivir en internet logrando que por, primera vez, muchos dejaran de verlos como material de telebasura para abanderarlos como una nueva resistencia de no se sabe muy bien qué. Eran David contra Goliat. Y Goliat era Tele 5, así que hasta cuando iban a ver a Broncano caían simpáticos.
Pero ha sido volver a saberse importantes en una tele grande y les ha salido la vena pandillera, otra vez. Pero ahora están en la pública, donde la pasta no lo justifica todo. Además, ahora ya no son David: aunque las desastrosas audiencias les hagan parecer pequeños están de nuevo en una tele grande.
La familia de la tele podría funcionar en TVE si dejan atrás sus malos vicios telecinqueros, si resultan tan ingeniosos y divertidos como cuando iban a ver a Broncano, si dejan de hacer un programa para ellos y lo hacen para los espectadores, si se calla Valldeperas. El desfile fue un aburrido paseo de egos que no aportó nada al espectador y lo de rellenar toda la tarde a cambio de un cebo mientras acunan la nada debe quedarse en el pasado.
TVE no es Tele 5, la audiencia espera un programa currado y con contenidos interesantes. Toca reinventarse, repartirse funciones y dejar de expulsar a los espectadores nuevos con viejos rencores de su tele pasada. Toca ser divertidos, no vengativos. Lo de insultar al débil funcionaba en el patio de la otra escuela, esto debe ser otra cosa y si no lo entienden acabarán teniendo razón quienes les quieren expulsar de TVE, y sería una pena tirar ese decorado tan chulo.