Después de 45 años con el Estatuto de Gernika en vigor, el enredo semántico sigue disfrazando la cuestión del desarrollo del autogobierno. Parece que hay disposición a reformarlo, a ampliar el marco que lo reglamenta. Solo queda ser consecuente con lo que conlleva.
Acepto el guante de la semántica. Hay quien pretende diferenciar una reforma estatutaria y una redefinición del estatus. Por definición, la primera solo será efectiva si produce la segunda. Un estatuto no es más que la forma reglamentaria de regulación y gobierno de una colectividad u organismo. Su reforma conlleva inevitablemente modificar su situación: su estatus. Así que, en el nudo gordiano dialéctico sobre el reconocimiento de esa colectividad que es el Pueblo Vasco y sobre su regulación y gobierno, no me pongan la reforma del Estatuto como algo diferente a la modificación de su estatus. El estatus del Pueblo Vasco lo regula en cada momento una norma legal, pero persiste el sujeto: el Pueblo Vasco tiene identidad y voluntad y negarlo es pura ignorancia incluso de su marco vigente –el Estatuto de Gernika–, que es parte del cuerpo constitucional del Estado y lo atestigua en su Artículo 1.
Dispuestos a reformar el nuevo estatus derivado puede o no explicitar el reconocimiento nacional y el derecho que implica: decidir. Pero no es verdad que se trate de un eufemismo de otra cosa oculta. El derecho a decidir no implica ruptura en sí mismo, ni presupone que solo haya un ámbito sobre el que ejercerlo o una única conclusión admisible ni excluye establecer fórmulas de interdependencia, solidaridad y cooperación en el Estado y en Europa. No nace para materializar una fractura sino para reconocer una voluntad. Ansiar la independencia puede resultar tan irritante a unos, como imponer la dependencia a otros. Si hasta los de la liberación hacia el estado socialista abogan ahora por la confederación con España y hacen votos por un modelo pausado de construcción nacional que algunos llevan transitando más de un siglo, pese a sus insultos... El nudo gordiano lo deshizo Alejandro Magno de un espadazo; no construyan otro de palabras y poses en Euskadi. Es política pequeña.