No lo podemos pagar

Soy una firme defensora de que, para usar menos el coche y más el transporte público, hay que hacer atractivo lo segundo, no lastrar a impuestos lo primero. Lo pienso sobre todo al pasar la ITV, uno de tantos gastos que pagamos obedientemente (como el impuesto de circulación) y que nadie parece plantearse rebajar, a pesar de que cada vez podemos circular por menos lugares. Me pregunto si llegaremos a lo de Japón, donde “Pasar la ITV es tan caro que jubilan los coches con cinco años” (Motorpasion). Al menos, los revenden en lugares como África. Claro que no podemos ni plantearnos cambiar tanto de coche porque, sencillamente, no lo podemos pagar.

Las de la sopa

No vamos a concienciarnos más y mejor sobre la necesidad de proteger el medio ambiente porque una serie de activistas lleve a cabo performances tan variopintas como pegarse al suelo o tirar salsa o ácido sobre un cuadro en un museo. Es más, creo que esto tiene el efecto contrario, despertando una gran antipatía ante los perpetradores de lo que no es otra cosa que vandalismo hippie. Acaba de salir una sentencia que espero que sirva para que le den una pensada a su estrategia: las dos activistas que tiraron sopa a los girasoles de Van Gogh han recibido una sentencia de cárcel por los daños causados. Protestar sí, pero así, no.

Mayores voluntarios

Mirar a Asia puede resultar revelador para ver nuestro futuro. Allí viven unos retos similares, con una población cada vez más envejecida y menos gente en edad de trabajar. Sólo que, al retraso en la edad de jubilación, China le ha sumado otra idea novedosa: animar a los mayores a trabajar como voluntarios en las áreas menos desarrolladas del país. Como llamamiento, es mejor que la solidaridad a la que apela la ministra española de Vivienda para atajar los altos precios de los alquileres. Aún así, bastante se trabaja en una vida como para merecer nada más que un buen descanso. Que no se entere de la idea Antonio Garamendi, sólo pido eso.

Demasiado buenos

Aún recuerdo cuando, en la universidad, un profesor nos mostró un documental sobre la obsolescencia programada. Agarré un buen cabreo con la revelación de que nos manejan como quieren y juegan con nuestras necesidades para que la rueda consumista no se detenga. El documental en cuestión hablaba de una marca de medias cuyos fabricantes tuvieron que hacer peores porque, al principio, eran tan buenas que, una vez vendido el primer par, la persona no compraba más. No lo necesitaba. Esos recuerdos me han vuelto al leer que Tupperware, la icónica marca de recipientes herméticos, está en bancarrota. La cita de El Blog Salmón es palmaria: “Son demasiado buenos”.

Un nuevo hito

Y, pese a todo, la ciencia sigue investigando y descubriendo cómo mejorar nuestra vida y curarnos de enfermedades que antes eran una condena vitalicia. En la revista Nature se hacen eco de todo un hito mundial: Las células madre han revertido la diabetes de una mujer. La paciente, de 25 años, es la primera persona con diabetes tipo 1 en ser tratada con células extraídas de su propio cuerpo. Menos de tres meses después de recibir un trasplante de células madre reprogramadas, comenzó a producir su propia insulina. Recursos, investigación y progreso: no hay más (ni menos).