La tele es el único electrodoméstico que tropieza dos veces en la misma piedra, como sus dueños. La piedra, tan grande como un menhir, con la que han tropezado ahora en Tele 5 se llama Factor X y aunque el programa pasó desapercibido primero y fracasó rotundamente, después, hay alguien en esta cadena que piensa que el programa tiene más vidas que un gato y, ale, otra vez nos lo han colado.
Esta vez todo será distinto, nos prometían. Sus armas infalibles: vestir a Ion Aramendi con una chupa de cuero negra noventera, como cuando el muchacho tenía 20 años, y poner en el jurado al hijísimo del tesorero maldito del PP, con otra chupa de cuero (que se note que en este programa son molones). Quien, por cierto, hemos descubierto que habla como José Luis Moreno: “Tienes voz, tienes creatividad, tienes talento...”.
Y entre los nuevos concursantes de este nuevo Factor X en la nueva y blanca Tele 5 (ya libre de pecado tras mandar al purgatorio a los de Sálvame) está una “joven cristiana” que cantó el Padre Nuestro en versión pop, como si fuera una de las Stella Maris. No es un chiste, pero acudió con sus hermanas y aseguró que Dios le ha encomendado la misión de evangelizar con su voz y con su música.
Por supuesto, los cuatro jinetes del apoc... digo de Factor X le dieron cuatro síes y hasta hay quien creyó ver un milagro en su oferta para trabajar juntos en su nueva canción, Gloria a Dios. ¿Quién quiere ver 13TV teniendo Tele 5?
Pues pese a todo, convertir Factor X en la misa de doce interesó solo a 669.000 espectadores, un 8,3% de audiencia, todavía menos que cuando esta cosa se emitía en Cuatro.
Cuando una marca no funciona, da igual las veces que retuerzas el formato; el espectador ya ha dictado sentencia. Y aquí, mal que les pese, Factor X suena a Pop Star, a sucedáneo que sigue los pasos del formato que lo está petando, antaño OT, luego La Voz.
Así que haré el mismo esfuerzo en escribir lo que me queda de columna que el que ha hecho Tele 5 en renovar la fórmula Factor X y me autoplagiaré, sí, pero vestido con chupa de cuero:
¿Por qué Factor X no lo ven ustedes, público desagradecido?, se preguntan por los despachos de la cadena de la rima fácil, con lo que se han esforzado en que se parezca a La Voz, con sus audiciones y sus fases, y a todo lo que hemos visto ya trescientas veces en esta cadena.
El problema de Factor X es que ha terminado pareciendo una copia de La Voz y, quién nos lo iba a decir, de La Mesias, pero también que los participantes y las canciones que interpretan en todos los talents cantarines de este pelo parecen siempre los mismos. Y seguramente lo sean.