Un sector de los aficionados al fútbol está asistiendo con incredulidad al enorme éxito de la King’s League, una liga de fútbol-7 con reglas innovadoras creada por Gerard Piqué en la que streamers y exfutbolistas son los presidentes de los clubes. El torneo en cuestión, que se retransmite por Twitch y YouTube, ha fulminado en cuanto a audiencia a los partidos de Primera en sus tres primeras jornadas y el presidente de LaLiga Javier Tebas, lejos de reconocer que algo no va bien en el fútbol español, se ha dedicado a argumentar que la King’s League no es fútbol, sino un circo. Si al público (especialmente el joven) le entretiene más ver a varios jugadores de Tercera y a exfutbolistas que a clubes de Primera, algo se está haciendo mal. LaLiga tiene algo que nunca tendrá la King’s League y que debería cuidar más: el sentido de pertenencia de los aficionados a un club. Sin embargo, quizá el señor Tebas deba aparcar su orgullo y tomar nota sobre aspectos de la competición de Piqué como la igualdad (los equipos se forman por un Draft al estilo NBA), los horarios (fin de semana a la tarde), la transparencia en las decisiones arbitrales y en las operaciones de los clubes o los precios televisivos (la King’s League es en abierto). La Premier ya no es la única liga que da lecciones sobre cómo gestionar una competición.
- Multimedia
- Servicios
- Participación